jueves, 31 de enero de 2008

Flores pintadas sobre el infierno

Ayer conocí uno de los escenarios del horror que la estúpidez humana ha querido dar a la historia, uno de esos sitios donde sobrecoge intentar imaginar lo que pasó, cómo se sintieron las personas que pasaron por allí, donde nadie puede encontrar la respuesta lógica a porqué se hizo aquello. Era la primera vez que iba a algo parecido y aún sigo con la angustia agarrada al estómago y me da rabia no ser capaz de captar todo el significado del lugar, pero los mayores horrores en realidad son dífíciles de imaginas.


Lo que sigue lo escibí ayer, por eso está en presente.

Hoy la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo ha pintado uno de los edificios de la ESMA de colores para la futura inauguración de un centro cultural en honor a la memoria de los desaparecidos.

La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) fue una cárcel clandestina que durante la dictadura argentina funcionó como centro de detenciones y torturas.


Por allí pasaron 5.000 prisioneros, de los cuales sobrevivieron apenas 100, de las 30.000 personas que desaparecieron entre el 76 y el 83 en Argentina.

El edificio de los horrores fue el del casino de oficiales, donde lo peor de la represión era llevado a cabo por militares sin cerebro ni corazón.

En el sótano, o "sector 4", había salas para interrogatorios y falsificación de documentos, un comedor, un cuarto de herramientas, otro de torturas y una enfermería, donde se adormecía a los prisioneros para arrojarlos vivos al mar en los denominados "vuelos de la muerte".

Una de las imágenes que me impactaron de pequeña fue de una película que veía mi hermana en la que se contaba la historia de dos de estos detenidos, veintañeros, que tras ser torturados eran drogados y tirados al mar vivos, envueltos en sábanas y atados. Yo aún tenía confianza en la bondad natural del ser humano y poco sabía de historia... Flipé.

Los presos comunes que estaban presos en la ESMA, antes -o durante- de ser torturados o asesinados, dormían atados y encapuchados como sardinas en lata mientras una música altísima no dejaba de sonar durante las 24 horas del día como parte de la tortura. La capucha no se la podían quitan nunca, exceptuando cuando desepmeñaban trabajos de "esclavitud intelectual", como por ejemplo hacer traducciones. Sino, las 24 horas del día con la cabeza tapada.





"Es en este lugar donde se toma conciencia de que el mundo exterior ya no existe más. El prisionero no tiene nada que lo proteja y defienda. La soledad es total. Esa sensación es difícil de describir. Debe ser, sin embargo, lo más cercano al infierno",

dice una placa con el testimonio de una detenida en 1979.


Muchas de las mujeres que eran detenidas estaban embarazadas, y se las destinaba a un ala especial del edificio donde eran asesinadas igualmente después de parir. Los bebés, después, eran entregados a familias afines al régimen militar. Muchos de ellos nunca supieron que eran hijos de presos asesinados y vivieron -viven- pensando que eran hijos de personas que congeniaban con los asesinos de sus verdaderos padres.


Yo había oído habalr mucho de este lugar que he conocido hoy y ha sido inevitable pensar en las dependencias de la DGS en Sol durante la dictadura franquista o en las cárceles españolas en esa época. Sobre eso sí que sé un poco más y por eso me he sentido quizá más cercana a la gente que murió aquí, despreciada por causas políticas -o nisiquiera-, reducidas hasta lo infrahumano, humilladas, doloridas... Y lo peor esque sitios como este aún hay miles en el mundo.

Me ha impresionado la belleza del lugar, de grandes edificos rodeados de cudadísimos jardines en un día soleado en que las Madres habían llenado las calles de flores de colores. Me ha impresionado conocer a esas mujeres que desde el año 77 cada jueves sin faltar ni uno recorren la plaza de Mayo reivindicando la memoria, y que a pesar de su vejez, aún tenían hoy ganas de escribir los nombres de sus hijos en las paredes del edifio donde se entrenaban quienes los torturaban, y a escasos metros de las dependencias donde dejaron de ser personas.

martes, 29 de enero de 2008

Pues da tiempo a todo...

Ha sido un fin de semana corto en el que nos ha dado tiempo a salir a cenar dos veces (jiji), vaguear en casa, hacer tursimo por la ciudad desierta y silenciosa -los domingos, por lo visto, todo el mundo se concetra en San Telmo y nosotras decidimos huir a conocer nueos horizontes-, hacernos amigas de un heavie de León, ir de compras..
He sacado varias conclusiones, que paso a resumir: una se hace mayor y derrepente no me parece prnto acostarme un sabado a las tres de la mañana. Esto me asusta.
Una ciudad vacía es bonita pero asusta, se agradece el silencio pero yo el domingo no podía dejar de preguntarme ¿qué pasa?, ¿dónde está todo el mundo?, ¿porqué está todo cerrado?..., deformación de los que vivimos en grandes urbes, supongo.
La ropa en este país, o al menos la que nosotras vimos en el centro comercial de Abasto, es fea y mala. Y encima no nos entendemos con las tallas..., una infrucuosa tarde de compras nos quitó las ganas para unas cuantas semanas.
En la plaza Dorrego siempre hay movimiento, sea la hora que sea del día que sea, e incluso allí han descubiero -los más avispados-, el botellón!! Eso ue una gran alegría para nosotras dado que el tema copas aquí está difícil, para empezar no hay Fanta de limón!! (ni nada parecido que le pueda echar yo al ron).

Y bueno, ayer se realizó uno de esos curiosos paralelismos de la vida y quedé con María en la Plaza Dorrego. La había conocido hace algún tiempo en una terraza de un piso de Madrid sito en Ribera de Curtidores, asique el hermanamiento Madrid-rastro/Buenos Aires-San Telmo tomó una nueva forma en nuestros brindis de allá y de acá.


Curiosidades porteñas: no hay porteros automáticos en las casa, de forma que si viene alguien a visitarte o a traerte comida hay que bajar a abrirle la puerta y cuando se vaya volver a acompañarle. Y los buzones de correos son como los antiguos españoles pero en rojo.
La catedral de Buenos Aires, por cierto, es una mezcla de templo griego y congreso de los diputados español, mañana pondré fotillos. (Claro que yo siendo madrileña poco puedo criticar catedrales ajenas...)

Y lo más importante: mil gracias a todos los que habéis comentado mi casita porteña porque hemos batido el record de este blog con nada menos que 11 coentarios!!! No sabéis la ilusión que me hace!!!

jueves, 24 de enero de 2008

Nuestro piso dinámico



Ya os puedo enseñar nuestro piso dinámico, por fin!! Como veréis, hay sitio para todos. Lo que hay en el salón es una cama y un sofá cama, que se trasladan a la habitación de la anfitriona correspondiente en caso de visita. Además, los taburetes pequeñitos nos sirven a la vez como mini-mesa de salón para apoyar vasos/ceniceros/móviles/mando de la tele/..., como apoyo para el ratón el en ordenador, para apoyar los pies... Los cuatro enormes puffs que tenemos se turnan sus funciones entre súper- cojines en la cama del salón, puffs en el selo, asientos si estamos con los ordenadores -que a su vez viven en una silla...- El mueble de la tele se mueve según estemos comiendo en la mesa grande o tiradas en el sillón, incluso dependiendo si vemos algo subtitulado -más cerquita...- o no. Por eso nuestro piso es el piso dinámico.

Mi cuarto está sin temrinar, las camisetas no estaban tdavía colgadas cuando grabamos el vídeo y faltan un par de cosillas más, pero aún así, espero que os guste!!

Ayer comenzé mi etapa de turismo solitario y no estuvo nada mal: calles Perú, Florida y Plaza San Martín. Allí me quedé durante una hora tirada en el césped escuchando música y mirando al cielo hasta que un poeta quiso venir a leernos -ya había llegado Pilar- sus piezas.
Después, los nicaragüenses del primer día nos invitaron un rato a su casa, son majetes la verdad.

Curiosidades porteñas: no se me había ocurrido decirlo hasta ahora, pero aquí al saludar se da sólo un beso -ya nos lo hemos aprendido y no nos quedamos como los primeros días esperando el segundo...-, y hay miles y miles de kioskos de prensa por las calles, muchísimos de verdad!!

miércoles, 23 de enero de 2008

Nuestro corralito

Esta semana ha estado marcada por el estrés y la frustración monetaria para las becarias-pardillas de Efe Buenos Aires. Debíamos haberlo pensado antes pero la verdad que a mí ni se me pasó por la cabeza. No sólo nos resulta problemático ser de un banco extranjero, lo cual prácticamente impide, por ejemplo, hacer transferencias para pagar nuestras deudas, sino que además las medidas de seguridad argentinas nos perjudican gravemente.
Aquí hay un límite diario para sacar dinero del cajero que para nosotras, al cambio, es de 43 euros -si nuestras tarjetas fueran de crédito y no de débito todo sería mucho más fácil-. Asique, teníamos que pagar no sólo a nuestra casera sino a la intermediaria y no podíamos hacerles una transferencia ni tampoco sacar más de 80 euros al día entre las dos, lo cual resulta una ridiculez comparado con la cifra total que les debemos... Y encima la pobre Pilar, en medio del estrés, que ya nos veíamos de cartoneras en la calle otra vez o pididendo asilo inmobiliario en la embajada, pierde su tarjeta. El pánico llegó a invadirnos en algunos momentos pero gracias a Dios los padres salvadores no defraudan y Western Union funciona bien. Uf!, algo hemos conseguido arreglar y por el momento estamos más relajadas, aunque todavía tenemos dedudas... Realmente resultaba frustrante ver por internet tu flamante cuenta bancaria con tus euritos y no poder acceder a ellos desde aquí de ningún modo...


Tras haber pasado por este pequeño apuro económico, y salvando las distancias, no quiero ni pensar en lo que tuvo que ser para los argentinos la crisis del 2001 y el posterior corralito. De un día para otro la gente no podía acceder a sus ahorros en los bancos, literalmente no te daban el dinero. La gente se echó a la calle, hubo más de treinta muertos en disturbios -la mayoría provocados por la polícía y el Gobierno-, y en menos de diez días hubo cinco presidentes distintos. La equiparación 1 peso/1 dólar que estableció Ménem no les salió rentable a los argentinos, en especial a los menos favorecidos económicamente, que al final son los que más pierden siempre. El recuerdo de la crisis sigue muy vivo aquí, todo el mundo tiene alguien que tuvo que exiliarse y todos perdieron algo. Algunos de hecho perdieron todo lo que tenían.

Estoy aprendiendo mucho de economía, tema en el que estaba totalmente pez. De momento controlo la cotización del dólar, del euro y del peso argentino, al día; ver para creer...




Curiosidades porteñas: todo el mundo en esta ciudad tiene algún tatuaje, y la mayoría tiene varios y muy grandes, es de lo más normal (si reúno valor me hago uno), y en el cine jutno con las palomitas y la coca-cola te venden café de todas las variedades.


Además, y esto es de lo que más me ha llamado la atención, aquí la mayoría de la gente se quedó en 2004 con la idea de que los atentados del 11-M en Madrid fueron de ETA, nadie sabía nada del terrorismo islámico en España... ¿Qué fuerte eh?

lunes, 21 de enero de 2008

Reggetón a muerte en Buenos Aires

Bueno, tras un fin de semana de decoración y carpintería moderada, estamos casi del todo instaladas en el que ya es definitivamente nuestro hogar. Hemos movido muebles, decorado paredes, añadido detallitos, y ahora tenemos una casa de la que estamos muuy orgullosas, a pesar de que no esté del todo terminada. Las fotos que me he traído, la camiseta del Drink-Team y la de Madrid, el calendario de Bob Marley y todos vuestros recuerdos me han ayudado a montar un pequeño refugio en el que ya me encuentro agusto y reconozco como mío. Hemos hecho un vídeo enseñando nuestra casa pero es demasiado pesado por lo visto como para colgarlo en Youtube, cuando encontremos alguna solución podréis ver nuestro salón-sala de tango y todo lo demás.
Aparte de eso, el viernes fuimos con dos chicas argentinas a una discoteca de reggetón -sí, fui a una discoteca de reggetón- en la que según avanzaba la noche empezaron a sonar temazos tales como el Tiburón. Gracioso fue, eso sí, sobre todo teniendo en cuenta que las copas costaban al cambio unos 75 céntimos de euro, que envidia eh??jajaja... Y bueno, en la entrada, por supuesto, control de metales como en los aeropuertos... Yo que me vengo a vivir a San Telmo, el barrio bohemio e intelectual, donde están los bares de reggae y las cafetería literarias, para salir a bailar reggetón con los más horteras de Buenos Aires...
Y bueno, el sábado estuvimos en el cine -esto no es ya tan barato, 4 euros y medio- y en un bar de Puerto Madero que se llama Chueca, y ayer nuestra casera nos llevó a merendar a una de las mejores pastelerías de la ciudad y uf!, qué bollos y qué pasteles!! increíble.
He creado un álbum de las fgotos que vamos haciendo y ya podéis verlo si pincháis a la izquierda de vuestra pantalla donde pone "fotillos" y os metéis en Buenos Aires.

Curiosidades porteñas: el buffet libre aquí es el "tenedor libre" y los párkings son "playas". Las medicinas se venden por unidades -compras, por ejemplo, tres aspirinas, no una caja, y las raciones en el supermercado son mínimas -el paquete más grande de Nesquick es de 180 gramos-.

viernes, 18 de enero de 2008

La segunda librería más bella del mundo




Compartir una interesante conversación con un periodista argentino. Aprender sobre música de aquí y esnseñar un poquito sobre música de allá. Ver uno de mis discos preferidos de música española en las estanterías. Y miles de libros rodeándome. El runrún del suave acento argentino de César, mi compañero fotógrafo, y el sonido de su potente cámara me acompañaron ayer en mi primera salida bonaerense. Disfrutamos de más de una hora de agradable charla, un intercambio cultural y musical que no tiene precio. Y todo ello en uno de los mejores escenarios que se me podría ocurrir: la segunda librería más bonita del mundo. Lo dice The Guardian y ayer me cayó en gracia acercarme hasta allí para hacer una crónica sobre el lugar, que antes de librería fue cine y teatro.
Fue una gran entrada en el periodismo argentino, agradable, fácil de hacer, interesante, bonito. El lugar es una maravilla más allá de que a mí me encanten las librerías, no sólo porque dentro de este teatro se respira cultura sino por la gente de todo tipo que por allí pululaba, los tangos que sonaban suaves de fondo, la enorme cúpula que recoge la antigua platea o los cuidados frisos de las columnas. Sobre todo por pensar en lo que fue y en lo que es ahora el Ateneo Grand Splendid, un edificio que desde hace casi un siglo de dedica a la cultura y al placer intelectual.
Casi nadie se imaginaría al pasar por el número 1860 de la Avenida Santa Fe que por esas puertas se accede a la segunda librería más bonita del mundo.
PD: estoy deseando conocer la primera, es una iglesia antigua!!!


Aparte de eso, ya tenemos piso, braaavo!!!

Es una pasada, cuando lo coloquemos a nuestro gusto pondré fotillos por aquí, creo que la decoración y la distribución feng-shui de la casa me harán ser mejor persona este año.

Ah! y hay sitio de sobra para que vengáis a verme todos los que queráis!

En la foto, saboreando un cóctel helado de café capucchino con chocolate y dulce de leche, (¡insuperable!) en el que es ya nuestro barrio, San Telmo.

Curiosidades porteñas: Aquí no hay contenedores de basura, simplemente se deja en la calle -donde a uno le pille- a ver si hay suerte y en una par de días pasa un camión que se la lleve.


miércoles, 16 de enero de 2008

Al rico helado


Hemos conseguido encontrar una solución no demasiado eficaz pero sí muy sabrosa para los casi cuarenta grados que nos está tocando soportar en Buenos Aires, y se llama Freddo. Es una de las grandes heladerías de la ciudad -franquicias- y es taaaan buena... Desde que llegamos y la descubirmos no pasa un día sin que nos tomemos uno o dos helados, y cuando tengamos piso (lo cual está ya bastante cerca, por cierto) nuestro congelador va a estar siempre lleno de unos recipientes enormes que te ponen para llevar.
El helado más simple aquí tiene dos bolas y tres toppings diferentes...
En la foto, a puntito de comerme uno con una bola de mousse de maracuyá y otra de chocolate, todo ello con nueces, fresas y chocolate líquido. MMMHHH!!! Qué envidia eh? Pilar y yo ya somos, por cierto, socias oficiales de Freddo y nos hacen ofertas, como veis no perdemos el tiempo.
Hay mucha tradición heladera en Buenos Aires, y aunque esta es de las más caras de la ciudad, hay miles de heladerías por todas partes llenas de gente. Y además la mayoría son italianas, por la gran inmigración que vino desde allí hace años, y ya se sabe que los helados italianaos...
Aún no me he atrevido a probar el helado de dulce de leche porque como me guste puede ser la perdición definitiva.

Curiosidades porteñas: en el restaurante que hay debajo de nuestro trabajo te atan el bolso a la silla cuando llegan con un plastiquillo que te cortan con alicates cuando te vas, y eso que es la zona pija... Y aunque hay ley antitabaco y en los restaurantes y en la mayoría de los bares no se puede fumar, en las oficinas todo el mundo sigue fumando.

domingo, 13 de enero de 2008

Puerto Madero


Bueno seguimos embarcadas en la aventura de encontrar un piso grandecillo -para que podáis caber todos- y cerquita del curro -para no tener que madrugar- pero parece tarea imposible!!! Nos imaginamos que somos concursantes de un reality mezcla de Gran Hermano y la Isla de los Famosos y que nos ponen trabas para encontrar el pisazo que nos está esperando, esto por la cosa de no desesperarnos demasiado y caer en depresión profunda. Mientras tanto sobrevivimos en un hostal cuyos dueños son muy simpáticos -los pobres intentan enseñarnos a jugar bien al billar a pesar de que les bombardeamos a preguntas-, en una habitación con 4 literas para nosotras solas pero con muuucho calor y con el baño muuuy cutre, casi sin agua, y compartido con el resto del hostel. Y el desayuno merece un aparte, porque en esta ciudad el café es malo como él sólo, y encima aquí nos lo ponen con leche en polvo... El pan la verdad también deja mucho que desear.
Por lo demás, ayer estuvimos en nuestro primer "boliche" -discoteca- argentino, uno muy "cheto" -pijo-, pero nos vino muy bien acercarnos a un lugar de nivel después de tanto tiempo en este antro de hostel. Hasta allí llegamos en "colectivo" -autobús- y a pesar de que fue el primero que cogimos y que ibamos a la otra punta de la ciudad no nos perdimos. No os creaís que fuimos a conocer argentinos..., ni uno!! fuimos con las becarias a las que relevamos y nos juntamos con nicaragüenses, colombianos y guatemaltecos, paracía aquello Mercosur.
Y hoy, tras dormir todas las horas que nuestros malogrados -y quemados por el sol- cuepos nos pedían, nos hemos ido a ver el famoso mercado de San Telmo. Básicamente, el rastro -Ana, siento las comparaciones...-, pero es tal cual, salvo que en vez de los del Hare-Khrisna por aquí se pasean los Samba de Rúa de Buenos Aires. Y luego hemos ido al Parque Lezama y allí estaban con los bongos y los birimbaos bailando capoeira, osea que era básicamente el Retiro. Así, hemos pasado un domingo muy madrileño pero al estilo porteño.
La foto que veis es de Puerto Madero, el barrio de oficinas más caro y guay del paraguay de la ciudad, rodeando el río. Uno de los edificios rojos es donde voy a trabajar yo a partir de mañana. Los ladrillos de estos edificios se sacaron de los contenedores donde se guardaban las cargas que traían los barcos al antiguo puerto.
Asique mañana nos toca empezar a trabajar y seguir buscando piso, os mantendré informados.

Curiosidades porteñas: el café en esta ciudad es pésimo, en todas partes, muy aguado y fatal para el estómago -por cierto mi hambre debe seguir perdida por el océano-. Los bollos se llaman "facturas" -no pega verdad?- y un mismo autobús, por ejemplo el 64, tiene como seis recorridos diferentes, osea que hay 64A, 64B, 64C..., un lío.
Y no existen el Nesquick ni el Cola-Cao!!! asique ya sabéis lo que tenéis que traerme...
Ah y además en Puerto Madero hay un Museo del Jamón, pero nada que ver con el español, es un restaurante muy bien puesto y muy caro.
Y lo de la cerveza es para verlo... Los argentinos son auténticos adictos, el primer día que me pedí una para comer me trajeron una litrona para mí sola -Pilar no bebe cerveza- y es de lo más común ver a los chavales por la calle con su litrona en la mano desde por la mañana.

sábado, 12 de enero de 2008

Plaza Dorrego


Estas somos mi compañera y yo en la Plaza de Dorrego, en el corazón del barrio de San Telmo, tras un duro día de búsqueda de piso sin grandes avances.
La cosa va mejor, hemos visto ghoy algunas cosas, aunque no nos sirven, pero mañana veremos más y tenemos la esperanza de encontrar algo medianamente decente.
Es frustrante tener el dinero suficiente para alquilar algo que te guste y que no exista, -o que no sepamos encontrarlo...-. De lo de tener tres habitaciones ya casi nos olvidamos, pero seguimos empeñadas en ir andando a trabajar, ¿lo conseguiremos?.
Yo llevo mi falda nueva y Pilar una camiseta de Mafalda que se ha comprado también aquí, no es que nos vayamos de compras, pero nos lo encontramos por el camino, como la Casa Rosada, el Obelisco..., es una nueva forma de hacer tursimo esta de recorrer la ciudad en busca de piso.
Algunas curiosidades porteñas: a la mayoría de los argentinos que viven en la capital no les gusta el mate y a las fresas las llaman frutillas. Además las gauchas son en comparación mucho más bellas que los gauchos. ¡Pero todos ellos son extremadamente amables y encantadores!!

miércoles, 9 de enero de 2008

Llegada calurosa, cansada y feliz

Dios mío qué noche/vomita/turbulencia/vomita/turbulencia/ya llegamos/cola para el pasaporte/espera a lñas maletas/qué calor/ han venido a buscarnos!/Buenos Aires es mucho más verde de lo que esperaba/de camino al hostal, todo es a la vez muchas ciudades y sólo esta/el hostal tiene millones de escaleras que subir con las maletas de treintaytantos kilos, el portátil, la otra maleta.../una ducha por favor!/ ¿porqué fumigan nuestra habitación con mascarillas?/vámonos, quiero conocer la ciudad!/ vámonos Pilar, date prisa, tengo hambre!/

Hasta aquí puedo contaros de mi llegada, estoy ilusionada y, a pesar del calor, deseando echarme a la calle a patearme San Telmo. Hasta que el cuerpo aguante, porque estamos derrotadas. Aquí sólo son tres horas menos que en Madrid, y os llevo grabados a fuego en la mente.
Volveré, el próximo día más y mejor, pero de momento, Welcome to Buenos Aires!! Me lo voy a merendar!

martes, 8 de enero de 2008

Madrid-Buenos Aires


Ver mapa más grande

-Escrito el día 7 por la noche-
Ya ha llegado el momento. Tanto tiempo esperándolo, tanto tiempo despidiéndome, que parecía imposible que al final de me fuera de verdad. Pero, sin contar con que mañana dejo definitivamente aquí padres y hermana, hoy ha llegado la despedida definitva y la más dolorosa. Mis niñas y mis niños, los que me acompaña en en todo, los que salen en las fotos de casi todos mis viajes, los que me hacen reír y los últimos días me han hecho llorar, con quienes he recorrido durante años las calles de Madrid y del Espinar, el camino de Malasaña al búho, de la Luna a casa, con quienes llevo mucho tiempo recorriendo muchos caminos por muchos lugares; a ellos confieso mis dudas y mis temores, con ellos celebro mis triunfos y me consuelan cuando estoy triste, me aguantan los p. p., me hacen cobertura en la Belle o en la Luna aunque no les apetezca mucho, vienen a buscarme si se lo pido o se acercan a tomar algo en mi barrio si estoy vaga..., ellos son también los que me han grabado un precioso vídeo que algún día conseguiré colgar aquí y que es uno de los mejores regalos que me han hecho nunca -montaje de MH-.

Y bueno, me he despedido también de mi Garcis, y de él me llevo en préstamo una cadena que me encanta y mil recuerdos que empezaron en Estambul y sin saber muy bien cómo llegaron hasta París.

La maleta ya está hecha y cargadita hasta los topes pero lo que más me va a pesar son todos los recuerdos, vuestras voces, vuestros ojos, vuestra risa; canciones compartidas, miradas, días y noches, risas y besos que no ocupan sitio más que muy, muy dentro de mí, y que ninguna compañía aérea podrá perderme nunca. Los iré revisando de Barajas a Ezeiza y los guardaré muy bien para que estén siempre conmigo.

Habrá Sun para todos, no os hagáis ilusiones porque volveré y no os pienso dejar en paz. Ahora no me quedan ya palabras pero desde que me habéis dejado en la puerta de mi casa no han parado de brotar lágrimas, y las que me quedan cuando me ponga en vídeo allá en la Pampa....

Gracias, Ana y Bea, Angie, Julita, Edu, Alberto, Mario, Laura y Javi -aunque no hayan podido venir hoy- y gracias gordi por este trufi-año.

Os quiero, y os espero en Buenos Aires!!







viernes, 4 de enero de 2008

Fito & Fitipaldis


Una vez más cerramos el año al ritmo de la música de Fito. Esta vez fue el pasado domingo, día 30, y repitiendo en el Palacio de los Deportes donde el bilbaíno terminó de rubricar su nombre entre el estrellato de la música española -vale, ya sé que eso tampoco tiene demasiado mérito...-.

No sólo porque completara el aforo durante dos días seguidos en el broche final en una gira de llenos, ni porque su sonido y su directo han mejorado tanto en el último año que parece casi otro, sino, y sobre todo, por la pasión que pone en sus bolos.

Fito se dejó la piel -y la camiseta- durante las más de tres horas que embaucó a su público, totalmente entregado, con los grandes temas de todos sus discos. No se detuvo especialmente en el último y afortunadamente tampoco se olvidó de los primeros y sus grandísimas piezas -Rojitas las orejas, A mil kilómetros-. Hubo tiempo para todo, para baladas, para blues, para rock y sobre todo para los impresionantes -a veces algo cargantes incluso, de largos que eran- solos de guitarra y saxo a cargo del gran Carlos Raya y de Javi Alzola.

Las 14.000 personas que llenábamos el recinto no nos cansamos de bailar y saltar en casi todos los temas, y coreabamos todas las canciones como si la vida nos fuera en ello -incluso las que no tenían letra-. El antiguo líder de Platero no consiguió nada tan emotivo con su otro grupo, más de rock callejero que poético, y no pudo evitar echarse a llorar en el último momento del último concierto de la gira "Por la boca vive el pez", cuando todo su equipo llenó el escenario y a la gente le quemabana ya las manos y los labios de aplaudir y silbar.

Fito estuvo explosivo, excesivo, sangrante, hiperactivo, magnífico, en su sitio, y arropado por una banda que sabe lo que quiere y se lo sirve en bandeja. Pero eso no supo transmitírselo del todo a su telonero, Quique Gonzáles, que no supo elegir ni el repertorio ni el ritmo para un público que esperaba ansioso a Fito y se cansó pronto de su voz triste y melancólica y de sus temas lentos y, para mi gusto, demasiado versionados. Si se hubiera abstenido de lucirse -no era el lugar ni el momento- con sus gorgoritos y hubiera tocado, como él sabe hacerlo y como hacía con los Taxi Drivers, sus temas más rockeros y de forma naturalmente acelerada, las canciones de sus primeros discos, mucho más animadas, habría ganado una grna cantidad de público el domingo. Pero se debe pensar que él no lo necesita. Es un genio, pero, esta vez, Quique González metió la pata.