jueves, 28 de febrero de 2008

Lo que no me pase a mí...

Bueno ya sé que prometí escribir algo interesante, pero "la vida te da sorpresas..." asique este post es para que os riais un poco -ya oigo la risa de Angie y a mi padre diciendo, "¿Pero tu eres gilipollas?", jajaja...
Ayer fui a un concierto en Palermo y cuando me iba, yupi!!, el autbús que me deja en casa para en la puerta del garito y viene ya. Genial! Asique me subo y le digo al busero: "Hasta Bolívar", para que me cobre en función de la distancia recorrida. Me cobra, me siento, me coloco los cascos, y allí me quedo tan feliz y somñolienta observando la ciudad al ritmo de Bob Marley. Mira qué bien, todo esto que estoy recorriendo no lo conocía...
Más de media hora después sigo sin reconocer ninguna calle, joe pues sí que estaba lejos..., y empiezo a adentrarme en un barrio un poco chungo.
Para cuando empiezo a mosquearme el autobús, ya vacío, aparca en cocheras.
-Perdone, esto no iba a Bolívar...?
- Ah, sí, pero era en la otra dirección.
- Y no se ha dado cuenta cuando le he dicho a dónde iba?
- Ah pues no...
- Bueno, y donde estamos?
- En provincia -osea, en castroculo-.
- Ya..., y cómo me vuelvo a Capital?
- Pues el próximo colectivo -autobús- sale en una hora de aquí.
Bien. "Aquí" es una cochera oscura y vacía en medio del Bronx de Buenos Aires donde, por supuesto, no me voy a quedar una hora yo sola. La única solución válida que me da el inútil del conductor es "acercarme" a la Avenida del Libertador a ver si pillo un taxi, y por supuesto no se digna a acompañarme, aunque arrastro mi orgullo e igual se lo pido. Pues nada, vamos para allá.
Y allí me veo yo sola, paseando por una calle sin asfaltar y sin alumbrado, entre coches desvencijados, garajes oscuros, casas semi-derruidas... Apretando contra mí mi bolso y temiendo más por mi ipod y por la documentación que por mi integridad física. Aún así pasaron por mi mente desgarradoras imágenes de mi misma robada, violada y apuñalada, tirada en la vereda durante un par de días hasta que alguine me encuentre... La cosa no mejora cuando pasa un coche por mi lado a razón de medio kilómetro por hora, más o menos, y sus cuatro ocupantes se me quedan mirando fijamente..., parecía que tenían rayos láser y que pensaban "nos sirve de tí hasta la saliva rubia" -frase prestada de mi compañero Hernán-.
Pero consigo llegar a Libertador, y por allí no pasa ni un taxi. En realidad tampoco quiero coger un taxi que pase por aquí porque muchos de ellos se dedican a robar, y una chica sola, de madrugada, en provincia..., por las cosas que me han contado mejor no.
Gracias al cielo me acuerdo de que en mi movil -que era de la antigua becaria- está guardado el número de la empresa de taxis que usa Efe, asique llamo. Y nada, cuando estoy empezando a decir dónde estoy..., me quedo sin saldo y se corta. Diosssssss!!
Bueno, no desespero... escuho una voz diciendo en mi cabeza "debes echar a anadar...", y eso hago, ¡Ni siquiera sé en qué dirección está la ciudad!. Pero al poco tiempo mi estrella coloca un maxikiosko en mi camino, asique compro una tarjeta telefónica y vuelvo a llamar al taxi.
Felizmente, media hora después llega un taxi a buscarme, y otra media hora después estoy en casa, por fin!!
Y bueno, esto es lo que pasa cuando se junta una despistada con un autobusero anormal en una ciudad enorme a altas horas de la madrugada.

miércoles, 27 de febrero de 2008

El estrés antiblog

Ya, ya sé que os tengo un poco abandonados..., esque tengo una semana liadísima con la semana de la moda de Buenos Aires -mejor que Cibeles, por cierto-. ¿Tengo cara de experta en moda? ¿Tengo cara, al menos, de que me interese un poco? Pues entonces a ver porqué me mandan a mí siempre a cubrir estas cosas... Aunque buneo, mejor esto que el Congreso de ministros de exteriores árabes y latinoamericanos que me comí la semana pasada...
Y tener tan poco tiempo libre en el trbajo me impide deciarme tranuilamente a pensar y escribir aquí, y luego cuando llego a casa lo último que quiero ver es una pantalla de ordenador -a no ser que sea con los colores del skype, mi gran amigo en el exilio-.

Mientras encuentro tiempo paa escribir algo mínimamente interesante os he dejado en el apartado Efenoticias algunas de las últimas cosas que he escrito, pocas, pero bueno... Llevaba mucho tiempo sin meter ninguna.

viernes, 22 de febrero de 2008

Hay un montón de locos ahí fuera

"Hay un montón de locos ahí fuera". O eso dice Oliver, un alemán de 36 años que un día decidió vender su empresa de computación, comprarse una moto de 500 kilos y con ella recorrer 80.000 kilómetros. Se fue desde Alaska hasta Tierra de fuego, prácticamente desde el polo norte hasta el polo sur, o lo más cerca que puede llegar una moto al menos. Un año y medio estuvo de viaje, sólo él, su moto, y su mochila. En el camino le pasaron millones de cosas que ayer, en una terraza al la luz del eclipse, nos contaba como si fueran cotidianas. "Si bueno, cuando llegué a México no sabia nada de español, sólo sabía preguntar por la gasolinera más cercana". Y ahora en Buenos Aires habla con una fluidez y un vocabulario que muchos españoles quisieran para ellos mismos. La moto le jugó malas pasadas, tuvo que arrastrarla literalmente hasta talleres de BMW varias veces sin saber siquiera dónde se encontraban y dio los gracias al cielo cuando salió airoso de Perú y Bolivia porque en esos países no existía ningún mecánico que pudiera ayudarle.
Durante 19 meses hizo y deshizo amigos, sorprendió a indígenas que nunca habían visto nada parecido a una bicicleta en su vida, se quedó en las ciudades el tiempo que el cuerpo le pedía y huyó de ellas cuando escuchaba a la autopista llamándole.
Oliver dice que uno se imagina que un viaje así es como estar de vacaciones, pero que no, que es estar viviendo. Y tiene toda la razón, el cansancio, los problemas, las experiencias que él ha vivido no se viven cuando uno sale una o dos semanas de vacaciones.
Nos dejó perplejos cuando, después de narrarnos su hazaña como el que cuenta que se ha ido de paseo al parque, se tronchaba de risa contando que hay gente que hace su mismo recorrido en bici e incluso andando (el andarín lleva cuatro años, saliendo desde el sur de Argentina, y todavía va por Colombia). "Hay un montón de locos ahí fuera", decía. Según él, los biciclistas cuando subían las cordilleras de los Andes en contra del viento llevaban una velocidad de 4 km/h. Y su viaje era de 80.000. Oliver los pasaba con lástima sobre su BMW como si fuera un gepardo al lado de una tortuga.
También nos contó uno de los del hostel su viaje a Bolivia, donde pasó seis meses en aldeas indígenas en las que la gente, que no tenía nada en la vida, y el que dice nada dice NADA, se quedaba sin comer por ofrecerle a él algo para cenar.
Imposible resumir en un post así todo lo que nos contaron ayer, y lo que más me impresionó fue que lo contaban con una naturalidad..., como el que se va a por tabaco vaya. Nuestra "aventura" bonaernse quedó en un paseito al lado de Oliver y Nicolás, que hicieron que me sintiera una hormiguita a la que no le va a dar tiempo en la vida a vivir ni un pellizco de todo lo que se puede vivir. Porque para eso hay que ser valiente.
Por lo menos ayer, desde una terraza de San Telmo pude recorrer todo el continente americano sobre una moto y visitar las profundidades de Bolivia sin moverme de la silla.
También conocimos una historia a la inversa, la de un inglés que lleva muchos meses hospedado en el hostel -que es más bien cutre, la verdad-. Lo que hace en todo el día es levantarse tarde, salir a comer, dormir toda la tarde, salir a comprar cerveza, beberse la cerveza en la puerta de los baños -ni siquiera en el salón común- y volverse a la cama. Así durante meses. Dicen que le rompieron el corazón pero aún así es incomprensible para mí su actitud, vivir durante meses en una habitación que compartes con 5 personas diferentes que cambian cada pocos días, irte tan lejos de tu casa para recluirte en la apestosa puerta de unos baños comunes, cruzar el charco para no salir de ahí...
Verdaderamente, hay un montón de locos ahí fuera.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Suavizante y piscina para evitar más resquemores

Ya, ya, ya sé que he tardado mucho en renovar el post de las flores..., pero es porque he tenido mucho curro, no a mala idea, jejejeje.

Aquí os dejo otro comercial argentino que no podéis perderos, y lo mejor es que hay cinco versiones diferentes!! Para Perú, para México, para Colombia... No podéis imaginaros las risas que nos hemos echado descubriéndolos, nos tragamos hasta el making-off de la campaña publicitaria!! Aún no nos han instalado la lavadora pero en cuanto la tengamos operativa yo sólo voy a lavar mi ropa con ACE Savizante, está claro, quiero los blancos naturalmente suaves.

Aparte de esto, este fin de semana estuvimos en la piscina, por fiiin!!! Y no os creáis que son como las piscinas públicas españolas... Para empezar son como parques temáticos del agua, osea con varias piscinas diferentes y con islas en medio y toboganes y todo, pero ninguna de las cinco piscinas que había en el recinto cubría. La que más, me llegaba por el pecho, y mira que soy petisa...-bajita-. Además, uno puede entrar tranquilamente al complejo, donde hay mucho césped, arbolitos, columpios, vestuarios, kioskillos y tal, pero si quieres entrar a la zona de las piscinas no puedes hacerlo sin pasar antes por la REVISACIÓN -que no revisión- médica.



Para eso tienes que quedarte en malla y ojotas -bikini y chanclas- y te miran los dedos del pie, las axilas y la nuca, para evitar posibles aliens, supongo...

Y bueno, una vez dentro del recinto de las piscinas, pudimos disfrutar de música de todo tipo a todo trapo (nos tumbamos, como quien dice, prácticamente en los bafles) y bailar al ritmo de Bisbal y Raúl aerobic en el agua, rodeadas de millones de personas, eso sí. Parecía una piscina como las de los chinos, que no entra ni uno más, pues aquí la clase de aerobic es igual, al agua patos!!jejeje...

Pero estuvo bien la verdad, cómo necesitaba sentir el sol en la piel y qué bien me vino, aunque me quemara un poco.

jueves, 14 de febrero de 2008

Las flores del santo decapitado



Otra joyita de la publicidad argentina en un día "tan señalado".
Ayer vi este chiste de Forges y pensé que hoy sería un buen día para colgarlo, sin saber que esta mañana me despertrían con un megaramo de rosas. ¿De qué clase serán las mías?



Soy anti-San Valentín pero también soy persona -y ya sabéis, un poco trufa-, asique no sabéis la ilusión que me ha hecho. Gracias gordi!!! Os lo pongo para que muráis de envidia chicas, jijiji...



lunes, 11 de febrero de 2008

Contrastes

Este ha sido un fin de semana de contrastes.
El viernes fui gentilmente invitada a cenar al restaurante de moda del barrio más pijo de Buenos Aires. Allí me planté yo con mi vestido nuevo, mis tacones y mi elegante collar de murano recién heredado. Platos de nombres interminables e impronunciables, vino de altas esferas servido por impecables sumilleres, velas y preciosas copas de finísimo cristal, gente cool en las estudiadísimas mesas, mucho diseño, mucho lujo. A la salida, un coche con su correspondiente chófer y los cristales tintados nos esperaba en la puerta y me llevó hasta casa mientras cuatro escoltas nos seguían de cerca pero muy discretamente. Al bajar al empedrado de San Telmo se rompió el cuento de hadas y dejé de ser princesa por esa noche cuando un niño sucio me pidió unas monedas en la puerta de casa.

Al día siguiente me calcé los vaqueros y las zapatillas para irme a un concierto de rock. Sentada en el suelo, bebiendo cerveza y rodeada de rockeros con barba y hippies de pelo largo, de olor a marihuana, del potente sonido de las guitarras eléctricas, me imaginaba cómo se sentiría allí la gente que el día anterior cenaba tan estirada en Palermo. Por un momento pensé que estaba en el Viñarock pero cuando busqué por allí la gorra de Javi y quise pedir fuego a Anita y no estaban, me acorde de que hacía justo un mes que vivo a 10.049 kilómetros de ellos.

Unas cuatro horas después fui a otro concierto, de corte totalmente distinto. En esta ocasión bohemios e intelectuales estaban plácidamente sentados en torno a un pequeño escenario en el que un cantautor homenajeaba a Silvio Rodríguez, a Sabina, a Ismael Serrano y a algunos otros. No había humo, ni camisetas negras, ni rastas. Tampoco perlas, tacones finos ni brillantes joyas. Se respiraba más un ambiente de autocomplacencia, de reconocimiento mutuo entre todos los asistentes cuando el cantautor entonaba las primeras frases de canciones-himno, tales como Ojalá o Papá cuéntame otra vez. Las añejas reinvindicaciones políticas estaban presentes y se respiraba un halo de izquierdismo y utopía vital que unían en un mismo canto a jóvenes, maduros y viejos progres.

Yo, en cada uno de los tres lugares estuve a gusto. Cierto es que en el restaurante elegante me sentía un poco ajena a lo que me rodeaba pero eso no me impidió disfrutar de la cena ni del ambiente. En el concierto de rock estaba en mi salsa y, por lo visto, se me notaba, sólo me faltaba el kalimotxo. Viendo al cantautor disfruté como una enana y me canté el 90% de su repertorio.

¿Hasta qué punto es definitorio el hecho de pertenecer a una tribu urbana? ¿Y hasta qué punto es positivo? ¿Todos los que se definen gracias al grupo urbano al que pertenecen rechazan los opuestos? Por lo que yo he visto, en general sí. Y ¿todos se sienten plena y únicamente identificados con los paradigmas que se ocultan tras la música, las ropas, las ideologías, las costumbres, los lugares comunes que definen esas tribus urbanas? Yo no creo que pueda enmarcarme en ninguna concreta aunque tampoco en todas a la vez, pero me gusta poder adapatarme a casi todo -sigo con el reggetón y su ambiente atragantados y nunca me veréis en Pachá- y disfrutar de cosas muy diferentes. Seguramente algunos consideren eso como "traición" o como que no se disfruta en profundidad de ninguno de estos "ambientes". Pero os aseguro que yo puedo sentir igual de mío un concierto de Extremoduro, uno de Quique González o uno de Manu Chao, con las ideas, ambientes y gentes que acompañan a todos ellos, sin sentirme fuera de lugar ni extraña.

viernes, 8 de febrero de 2008

Pequeña muestra de TV argentina


Aquí os dejo una joyita descubierta en la maravillosa televisión argentina, que merece un post para ella solita. En uno de los ochentaytantos canales que tenemos sintonizados castigan al menos una vez por hora poniendo este vídeo completo, que ha terminado siendo parte de la banda sonora de nuestra vida aquí. Como veis, es digno de la mejor época del Informal e incluso tiene cierto sabor a Hora Chanante. Por cierto, hay aquí un programa bautizado Peter Casputto y sus vídeos que es auténticamente la versión argentina de las pananoias de Joaquín Reyes y sus paranoicos amigos pero, ah!, no hay Testimonios...

Aparte de este canal estamos abonadas al de Historia, que lo tneemos todo el día puesto y nos apasiona. Están tan bien hechos los documentales que, lo juro, he llegado a tragarme algunos sobre pegamentos industriales o la fabricación del contrachapado como si fueran películas de suspense. Y además ponen muchos documentales de un tío que viaja por el mundo investigando las ciudades por debajo, los túneles y calles que han ido quedado entrerradas, alcantarillado..., es increíble!! De hecho yo estoy preparando un reportaje sobre el subsuelo de Buenos Aires.

Y bueno, la publicidad...., hay un anuncio que tengo que encontrar en elgún sitio porque merece que lo veáis, es taaaan cursi y taaan cutre...

miércoles, 6 de febrero de 2008

La Boca


Ayer, por fin, fuimos a conocer el famoso barrio de la Boca. Me gustó mucho, de verdad, aparte de que tenía muchísimas ganas de ir, pero en realidad me decepcionó un poco. He estado en muchos sitios "míticos" totalmente "turistizados", y todos pierden gracia cuando uno los ve junto a otros cientos de guiris que no dejan de tirar fotos y consultar la guía, excactamente el mismo comportamiento que yo tengo. Pero en la mayoría de esos lugares a mi me gustaba aislarme e imaginarme a mí misma en ese mismo lugar en su momento histórico de mayor auge, y normalmente lo consigo a pesar de la muchedumbre que me rodea. En Venecia casi pude oir a los presos que cruzaban el Puente de los Suspiros camino a su muerte y se despedían de sus familias. En la Plaza de la Bastilla era capaz de oler la sangre de la revolución francesa. En los grandes castillos en los que estado me sentía una auténtica princesa medieval encerrada en entre esas grandes paredes y camas enanas. Y así...




En fin, en la Boca no pude llegar a olisquear la pizza que los inmigrantes genoveses, colonizadores geniuinos del barrio a principios del siglo pasado, preparaban entre los conventillos. También me costó un poco imaginar todo el barrio plagado de esos conventillos, que se construían con las chapas metálicas que se arrancaban de los barcos viejos, con lo cual todas las casas del barrio eran de colores. Ahora hay una calle llena de casa de colores tan chillones que es imposible imaginar que vengan de barcos descascarillados por los mares, y las pizzerias las regentan esos antiguos inmigrantes, pero en vez de dar de comer a sus compatriotas empobrecidos hoy se forran con los turistas.


En fin, volveré al barrio con más calma, investigaré un poco, e intentaré comunicarme con los espíritus italianos del lugar.




Además allí está la Bombonera, muuucho más pequeña de lo que esperaba!!! Pero allí sí que se nota la influencia del argentino más famoso por delante de Mafalda, ese hombre "pegado a una pelota de cuero", "que tiene el don celestial de pegar muy bien al balón", que "es un guerrero", tal y como canta Calamaro. A los futboleros que vengáis de visita, tranquilos, la bombonera entrará en el tour turístico que os estoy preparando y podréis sentir el poder de Maradona.




Curiosidades porteñas: con cada café te sirven un vaso de agua, como en Iatalia, pero, para mi desgracia, siempre es con gas!!

lunes, 4 de febrero de 2008

Bienvenido el año de la rata

El domingo estuve en la celebración del año nuevo chino en el barrio chino de Buenos Aires, que chinos y taiwaneses unidos pretenden convertir en un nuevo Chinatown. Y me tocó grabar mi segundo video-reportaje, creo que la cosa va mejorando, a pesar de las pésimas condicions (no me dejaban entrar, cuando conseguí colarme todo el mundo me empujaba, el tripode no me servía para nada, la cámara casi no tiene zoom...)

Además el viernes tuve mi primera experiencia con el baile latino y no me gustó, no estoy hecha para tanto roca y tan libidinoso... No puedo evitar mover la cadera con cada golpe de batería y me revienta que los niñatos estos me digan que tengo que bailar "más suavecito y más pegadita...". Eso lo bailaré yo con quien quiera chaval. Y es un coñazo lo de bailar solo con una pareja, aquí el concepto "círculo de amigos bailando cada uno a su bola" como que no lo entienden. Aún así estuvo muy divertida la noche del viernes con grandes éxitos de mi adolescencia tales como "Un pasito p`alante María". Aunque también se escucha música moderna, por ejemplo la canción que me da miedo..., no sabéis cuánto me acordé de vosotros niños!!

Y el sábado cuando conseguimos echar a nuestra casera de casa nos fuimos a los carnavales de San Telmo, que están muy bien pero no dejan de ser unas fiestas de barrio, no como nos los habían pintado que parecía que serían mejor que los de Río...

Curiosidades porteñas: no hay máquina de tabaco en los bares, sólo se puede comprar en los kioskos, lo cual por las noches es realmente molesto.