martes, 29 de abril de 2008

Encuentros: Marcos Ana


Hoy he conocido a un hombre interesantísimo que a pesar de sus 88 años viaja por el mundo contando su vida con una pasión, un optimismo y una alegría que ya querrían para ellos muchos jóvenes aventureros -o no aventureros-, y yo la primera. Pasó 23 años encerrado en cárceles franquistas, ¡toda mi vida!, conoció a Alberti, a Miguel Hernández, a Vázquez Montalbán, a Neruda...Cuenta su historia como puedo yo contar que este fin de semana me dolía la tripa y me robaron la cartera, con una naturalidad y una cercanía que uno se plantea si será realmente consciente de la tragedia que ha vivido. Claro que lo es, pero eso sólo le hace más fuerte y le da más ganas de cantar a la poesía.

He quedado realmente impresionada y me alegro de haber tenido la oportunidad de compartir más de una hora con alguien tan especial. Mi pequeño homenaje se lo rindo colgando una de sus poesías -que adopto como filosofía personal- para que podáis leerla y la crónica que he escrito. Más adelante intentaré colgar el vídeo completo de la entrevista y el reportaje que haga.



Si salgo un día a la vida

mi casa no tendrá llaves:

siempre abierta, como el mar,

el sol y el aire.


Que entren la noche y el día,

y la lluvia azul la tarde,

el rojo pan de la aurora;

la luna, mi dulce amante.


Que la amistad no detenga

sus pasos en mis umbrales,

ni la golondrina el vuelo,

ni el amor sus labios. Nadie.


Mi casa y mi corazón

nunca cerrados:que pasen

los pájaros, los amigos,

el sol y el aire.


Marcos Ana



lunes, 28 de abril de 2008

Este finde, un poco de todo

Dolor, enfermedad, hastío, pereza, desencanto, alegría, energía, emoción, reencuentro, comodidad, más reencuentros, orgullo, rabia, arrepentimiento, incomprensión, más rabia, desesperación, lágrimas, risas, más lágrimas, más risas, agradecimiento, cansancio... emoción.



Ha sido un fin de semana..., difícil, con emociones encontradas, y largo de contar, pero intentaré hacer un breve resumen:
El viernes me puse tan mala del estómago que me tuve que ir del trabajo una hora después de llegar y me pasé todo el día en la cama -porque no teníamos tele-; el sábado, después de una charla literaria que prometía mucho pero dio poco, me reencontré con "viejos" amigos de Buenos Aires, de los que hicimos al principio, y tuvimos una agradable cena. Luego nos fuimos a un boliche -discoteca- y nos echamos unos cuantos bailecillos, estuvo divertido la verdad. En la foto podéis verme bailando las mazas, eran de luz y sólo se veian luces azules moviéndose en la oscuridad, pero con el flash eso no se aprecia, dicen que quedaba muy bien...
Hoy, domingo, me he reencontrado con un antiguo compañero de Efe al que cogí mucho cariño y he disfrutado enseñándole la ciudad y recibiendo noticias del que hasta hace unos meses era mi luagr de trabajo. !Qué ilusión me hace ver caras conocidas en mi nueva vida!
El día iba muy bien hasta que he descubierto que me habían robado la cartera, con mi DNI, mi acreditación de EFE, mis tarjetas de crédito, mi tarjeta del seguro..., y mi dinero. Pero lo que más me ha dolido son las chorradas que llevaba dentro y que no podré recuperar, papelajos que para mí valen mucho y que quien los haya robado tirara directamente a la basura: mi billete a Buenos Aires -y a Estambul, y a París, y a Marrakech..., mi colección gravemente mermada!-, la entrada del concierto de Calamaro, mi tarjeta del deseo, la mariquita de Barcelona, el peso con la cara del Che que me traje de Cuba, las fotos con mis niñas, billetes de metro de Madrid y París, el horario de autobuses de la Sepulvedana, la etiqueta de mi primera Quilmes... En fin, un poco de vida que llevaba siempre conmigo.
Y lo que más rabia me da es pensar en cuantísimas veces me habrá dicho mi padre que tenga más ciudado con el bolso, los padres siempre tienen razón, hacedme caso!!
Todo eso sin tener en cuenta el engorro de sacarme el DNI desde aquí y que no puedo sacar dinero ni comprar nada hasta que consiga mi nueva tarjeta de crédito... Y mi capital ahora mismo asciende, al cambio, a unos... tres euros.
En fin, un disgusto, menos mal que al final de un día duro siempre hay payasos dispuestos a arrancar una sonrisa a los desgraciados como yo...
Esperemos que esta semana se empiecen a enderezar las cosas. De momento espero tener una historia muy interesante que contaros mañana, un encuentro ante el que me siento realmente emocionada y que, tras las risas arrancadas por mi payaso particular, me ayuda a desempañar la rabia y sentirme felizmente ansiosa por trabajar.

miércoles, 23 de abril de 2008

Leo, luego existo (III)


Ya el año pasado os hablé de mi afición por los libros en la primera y la segunda entrega de 'Leo, luego existo', pero es un tema amplio que pienso trillar cuanto pueda. Hoy se conmemoran en todo el mundo las muertes de dos grandísimos e históricos literatos, dos pesos pesados de las superventas que siglos después de que se sentaran a la temblorosa luz de sus velas a escribir con pluma sus novelas siguen vendiendo como el que más, aunque por supuesto no es ese el índice que debe seguir la literatura.
Hoy se conmemoran, pues, las muertes de William Shakespeare y Miguel de Cervantes, que murieron el 23 de abril de 1616. Esto no es del todo cierto, pues la muerte de Shakespeare se calcula por el calendario juliano y correpondería al 3 de mayo, y Cervantes fue enterrado el 23 de abri pero murió el 22. De todas formas, queda bonito.

Pues eso, hoy se le rinde homenaje a un objeto muy simple que todo el mundo puede manejar pero que abre tantísimas posibilidades que su valor real es incalculable. Hya libros grandes, pequeños, de colores, sin color, finos y gordos, aburridos, de historia, de ciencia, de cuentos, de poesía, de cocina, ensayos, novelas, humorísticos, divulgativos,... Hay en los libros todo lo que uno quiera encontrar. Aparte ya de que mucho de lo que sabemos lo hemos aprendido de los libros y así seguirá siendo, mi mayor interés en la literatura ahora mismo radica en su ángulo ocioso y en su potencial para dispararnos la imaginación y engancharnos como si de una simple telenovela colombiana se tratara.

Así, al menos me pasa a mí de vez en cuando. Llevo exactamente una semana enfrascada en el último volumen de Ken Follet, y cuando digo enfrascada, lo digo de verdad. Es uno de los libros más gordos que me he leído pero sus mil ciento y pico páginas me tienen todo el día en ascuas y toda la noche en vela. He leído por la mañana, al mediodía, por la tarde, por la noche y de madrugada, sobre todo de madrugada. He comido con el libro al lado y he cenado casi sobre él. He dejado de salir a la calle por leer y he abandonado a mi compañera de piso a las once de la noche porque en la cama me esperaba.., mi libro.
Me temo que mi romance e idilio con el papel se me va a acabar esta misma noche, y me duele abandonar a quienes me han acompañado tan intensamente en los últimos días, pero no puedo apacigüar la impaciencia de saber qué pasará, ¿cómo acabarán? Así que esta misma tarde acabaré por resolver todas mis dudas con respecto al destino de Caris, Merthin, sus amigos y enemigos, y el futuro del priorato de Kingsbridge. Me dolerá, pero...
Menos mal que la semana que viene empieza en Buenos Aires la Feria del Libro y podré perderme durante horas entre libros y más libros, entrevistaré a algunos de los escritores admirados que vienen a Buenos Aires, -Almudena Grandes, Tom Wolfe, Naomi Klein...- y podré acudir a alguna que otra charla interesante sobre literatura. Espero que con eso se me quite un poco el mono y espero también encontrar un digno sustituto que me mantenga despierta en la cama hasta las cinco de la mañana como lo está haciendo este. Lo que no espero es arruinarme comprando libros de todos los colores, pero dada mi condición de consumista febril de literatura la cosa va a ser difícil...
Pero, más allá del placer puramente egoísta de la lectura, un placer que no se comparte, que se goza en lo más íntimo de la habitación -o del asiento de metro que nos haya tocado- de cada uno, un placer que de hecho nos aísla del resto del mundo, he descubierto uno nuevo: el gustazo de ser testigo de cómo un gran amigo anti-lectura descubre poco a poco que en realidad le gusta, le engancha dice, y poder regalarle mis libros favoritos y regalarle así un trocito de todo lo que yo he disfrutado leyendo.


FELIZ DÍA DEL LIBRO A TODOS



martes, 22 de abril de 2008

Humo en Buenos Aires







Así es como ha estado Buneos Aires en los últimos días, completamente llena de humo, un humo molesto e irritante provocado por los incendios de los pastizales que hay en el delta del Río Paraná y que no se apagan -tampoco parece que se ponga mucho empeño...-



Por las tardes se retiraba un poco el humo pero por las mañanas era algo realmente increíble, daba la sensación de estar dentro de la nada, no se veía más que niebla a diez metros de distancia! Podéis imaginaros el caos que se formó en el tráfico de la ciudad, los aviones no despegaban, autopistas cortadas...





Y no puedo desmerecer a quienes me han salvado la vida este fin de semana en que me he quedado triste y sola, como Fonseca, Freddo y la literatura, qué grandes amigos!! De los que nunca te abandonan, como Rexona. No puedo decir lo mismo de internet...


viernes, 18 de abril de 2008

El gustazo de entender el arte

Ayer me tocó tragarme ocho horas de autobús para irme a Rosario -300 kilómetros al norte de Buneos Aires- a ver una exposición. Dado mi estado de ameba total y encima siempre enfadada estos días os podéis imaginar lo contante que iba yo las cuatro horas que tardamos en llegar. Encima resulta que la zona este de Argentina está estos días totalmente inundada de humo con lo cual nisiquiera sabía si podríamos volvernos por la tarde.

En fin, llegamos a Rosario y me llevé una grata sorpresa al bajarnos en el museo, situado a las orillas del río y rodeado de parques. Me daba rabia reconocerlo pero el lugar era de lo más agradable. La terraza del restaurante y el potente sol que hacía allí me ayudaron un poco a disipar los malos pensamientos y después de comer con peridodistas y gente de la embajada española estaba de mejor ánimo. Entonces nos tocó visitar la exposición, del artista español Eugenio Ampudia.

Se dedica a dinamitar el concepto de arte y a cuestionar el modo de comunicar que tienen los artistas. Cuando leí más o menos esto en el catálogo pensé, "otro flipado modernillo". Pero tuve la oportunidad de recorres la exposición con el cmisario y con el propio artista, que nos iban explicando cada obra. Siempre me ha parecido que el arte es mucho más sabroso si uno sabe lo que está viendo -o escuchando- y ayer lo volví a comprobar.

Me gustó el vídeo de una carrera de GP en el museo del Prado pero más cuando Ampudia explicó que era una ironía sobre cómo la gente visita ese tipo de museos. Por lo menos los motoristas se caían -con lo cual se detenían un par de segundos- ante las obras más significativas del museo madrileño más internaiconal. También me gustó el vídeo en que los exiliados de la Guerra Civil andaban hacia atrás y sus lágrimas subáin de las mejillas a los ojos. Ampudia había seleccionado varios vídeos y simplemente los proyectaba hacia atrás, a la inversa, pero con ello fantaseaba con la vuelta, de espaldas y con la cabeza bien alta, de los exiliados al país que los expulsó. Si el artista no nos lo hubiera explicado tampoco hubiera podido saber que la preciosa bicileta antigua que acompañaba el monyaje era el símbolo que un conocido artista argentino utiliza para representar a los desaparecidos en la dictadura, con lo cual se hermanaban ambas historias sólo con vídeo y una bici.



Y aunque me ha hecho gracia, tampoco hubiera adivinado que la proyección de fuego sobre las paredes del museo era un guiño a Marinetti y los futuristas, que proclamaban la necesidad de quemar los museos para que el arte saliera a la calle.



Asique bueno, a pesar de lo poco que me apetecía el viaje he de reconocer que me ha gustado un poco, aunque la vuelta, de noche, otras cuatro horas y llegar a una ciudad envuelta en humo y a una casa solitaria en la que se han roto el baño e internet -sin mencionar la apetecible perspectiva de trabajr doce horas seguidas mañana- no han sido el colfón artístico que correspondería. En fin, ahora que el humo rige nuestras vida, es el mejor momento para anunciaros que el lunes tengo previsto resurgir. De mis cenizas, claro.

miércoles, 16 de abril de 2008

Se rompió el par



Ya no serán más dos chopps, dos copas, dos empanadas, dos cigarros, cuatro piernas, cuatro manos ni cuatro ojos. Ni dos sonrisas. Estoy de nuevo sola en Buenos Aires y me toca enfrentarme a mí y a mi vida desde la encantadora singularidad, con el único apoyo de los que tengo a 10.000 kilómetros y de la minúscula -pero muy valiosa- familia que me ha nacido aquí. No es que sea poco, pero hoy, la verdad, todo se me queda corto.


Porque hoy he vuelto a bajar a la puerta de casa arrastrando una maleta que no es mía y que deja un enorme vacío en mi habitación, demasiado recogida ahora. Y he vuelto a parar un taxi y a hacerle esperar mientras me despido, uf!, vete tú a saber hasta cuando! Y he vuelto a empapar el empedrado de San Telmo con lágrimas de cocodrilo.


Volveré a ir con el ipod al trabajo porque cuando salga el camino a casa será de nuevo solitario, pasaré frío, -porque el frío ya ha llegado a Buenos Aires-, por la noche y no tendré contra quién acurrucarme. Y me va a tocar fregar otra vez todo lo que ensucie!!!! Si me falta dinero no habrá nadie conmigo que me lo preste con cara de resignación y si me rasco demasiado nadie me va a regañar ahora (lo cual no es bueno para mi piel...). Y tampoco nadie me va a decir ya trufadas en directo, cómo lo voy a echar de menos...



Asique sí, día triste día pena, como canta Manu, pero feliz de llevar más de un mes acompañada de los que más quiero y muy muy mimada. Uf!, será duro volver a ser la mujer independiente que me jacto de ser, pero resurgiré de mis cenizas. Después de un fin de semana en el que prácticamente todos mis conocidos huyen de la ciudad y en el que me dedicaré a hundirme en la miseria, leer y verme todas las pelis del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires -sola, claro-, volveré a la vida normal de mis cicunstancias e intentaré sacar adelante todos mis proyectos bonaerenses.



Pero de momento, gracias por venir y regalarme tan buenos momentos a todos los que os habéis cruzado el charco para venir a darme un beso.




martes, 15 de abril de 2008

Colonia, Uruguay


Pasé el fin de semana -largo, porque me fui el miércoles- en Colonia de Sacramento, un pequeño pueblecito uruguayo que se encuentra al otro lado del Río de la Plata, justo en frente de Buenos Aires.

Fue el primer asentamiento en Uruguay y se la pelearon portugueses y españoles , de hecho la actual capital, Montevideo, se construyó por encargo de los españoles como fortificación para controlar el contrabando del que Colonia era centro.


El lugar es lindo pero la verdad nada del otro jueves, calle empedradas, algunas casitas de colores, un farito y un paseo agradable que rodea el río. Un río, por cierto, que parecería un mar de plata si no fuera porque es totalmente marrón, lo cual le quita un poco de ecntanto a la cosa de la playa, la verdad.

Nosotros nos cogimos el miércoles desde Buenos Aires un barco -Buquebús- que en una hora nos dejó en Colonia, justo enfrente. De hecho llegamos a ver el skyline de Baires desde la costa de Colonia. Allí pudimos disfrutar de un día de sol y piscina, de paseos, de muchos días de piscina de agua caliente y jacuzzi -cortesía del hotel-, de pizzas de a metro y preciosas puestas de sol.





Una pena que se nos nublaran un par de días pero eso sí, lo que más me ha gustado de Colonia han sido las puestas de sol. De un naranja intensísimo y sobre el agua, el sol se esconde poco a poco y termina tiñendo cielo y río de una luz especial que no se ve en cualquier puesta de sol.


miércoles, 9 de abril de 2008

Fotografías de represión antes del golpe militar recuperadas de la basura


Fotografías de desaparecidos y torturados en la represión que antecedió a la dictadura argentina que varios periódicos tiraron a la basura han sido rescatadas y ahora forman una exposición, en la que se pueden ver imágenes inéditas de algunos asesinados y de los procedimientos policiales.
Una de las encargadas de rescatar, revisar y organizar las miles de fotografías que en su momento fueron tomadas por la policía y algunos diarios descartaron de sus archivos, Inés Ulanovsky, explicó hoy a Efe lo importante del hallazgo, pues ahora hay testimonio gráfico de algunos desaparecidos de los que no se sabía nada.
También se ha recopilado abundante información sobre los procedimientos de las fuerzas de seguridad del Estado, puesto que junto a las fotografías había expedientes policiales y documentación de grupos revolucionarios sobre los que poco se sabe.
Ulanovsky aterrizó, junto a su compañera Lucila Quieto, en el archivo fotográfico de la Asociación de Reporteros Gráficos Argentinos el pasado diciembre para ponerlo en orden y ahora han decidido mostrar en una exposición todo lo que hallaron bajo el nombre de "Archivos incompletos".
Porque no esperaban encontrar los cerca de seiscientos sobres que contenían documentos históricos rescatados de la basura hace unos ocho años, cuando tres diarios argentinos decidieron deshacerse de parte de sus archivos fotográficos sin conocer su importancia y la AGRA pudo rescatarlos.
Quienes decidieron deshacerse de todo este material fueron las redacciones de La Razón -sus archivos fueron rescatados de un contenedor de basura por la AGRA tras el aviso de un operario-, El Cronista Comercial -que prefirió donar directamente sus archivos a la fundación- y Tiempo Argentino -cuyos archivos iban a ir a parar a también a la basura antes de que AGRA fuera a buscarlos-.
La mayoría de los documentos estaban clasificados en más de seiscientos sobres, catalogados bajo sugestivos nombres, como "Argentina:terrorismo", "Subversión" o "Extremistas", y en ellos se encontraban las diferentes fotografías de detenidos torturados, de registros policiales, objetos confiscados por la policía, fábricas de armas, etc.; así como las notas de prensa que la policía preparaba para los medios de comunicación.
La mayoría de estos documentos, según explicó Ulanovsky, son previos a la dictadura argentina de los años 70, "con lo que se confirma que el golpe de Estado -del general Videla- no comenzó en el 76 sino bastante antes", de hecho las fotografías más cruentas e impactantes están fechadas en el año 75.
En aquel momento el Gobierno de Isabel Perón mantenía una cruzada contra los movimientos supuestamente subversivos de corte izquierdista, tres de los cuales son especialmente protagonistas en los archivos recuperados.
Miembros desaparecidos del EGP (Ejército Guerrillero del Pueblo), el FAL (Fuerza Argentina de Liberación) y del JCR (Junta Cooridnadora Revolucionaria) aparecen ahora después de treinta años, golpeados y maltrechos, en estas fotografías rescatadas de la basura.
En una fotografía se ve a Federico Frontini, alias "Grillo", Oscar del Hoyo, Raúl Dávila y Eduardo Fernández, miembros del EGP, fotografiados por la policía, después de ser detenidos.
Lo que no supieron los agentes fue que entre los "extremistas" -según anotaron junto a la imagen- se encontraba Fernández, un miembro de su propia fuerza que se había infiltrado tiempo atrás.
Eran una organización de casi 30 guerrilleros que intentaba preparar el desembarco del Che en el país, y estaban decididos a instalar un foco guerrillero en el norte de Argentina.
Muchos de ellos fueron asesinados por las fuerzas de seguridad; otros, desaparecieron en la selva, algunos fusilados por sus compañeros cuando intentaban desertar.
Ulanovsky contó a Efe cómo ella y su compañera acudieron a diversas organizaciones de derechos humanos para que las ayudaran con ese material, y cómo fueron poco a poco descubriendo, sobre todo gracias a loa antropólogos forenses, que muchas de las personas que había en las fotografías eran desaparecidos o habían sido asesinados.
El material recopilado, que abarca desde el año 55 hasta finales de los 80, se encuentra en mal estado, descuidado, dada su antigüedad y el poco apego que le tenían sus anteriores dueños.
Aguirre, Malamud y Pedro Tomás Bibiano, un carpintero nacido en 1946, formaban parte de las FAL.
Según el informe oficial, todos fueron arrestados cuando la policía realizó un operativo para evitar el asesinato del general de brigada Rudecindo Pascual Nadal, comandante de arsenales del Ejército Argentino entre 1967 y 1970.
Fueron fotografiados por sus captores como sospechosos y entre el '76 y el '77 fueron desaparecidos.
La ARGRA recupera así testimonios históricos desconocidos hasta el momento cuyo destino final era la basura.
Todo lo encontrado, explica Ulanovsky, da otra idea sobre cómo eran los grupos en la militancia clandestina en los setenta, sobre "qué hacían, cómo los trataba y los mostraba la policía y cómo los diarios lo reproducían".
Y hasta la actualidad llegan los ecos de aquellos desaparecidos, dando lugar a tristes anécdotas que se han desenterrado con la salida a la luz de todas estas fotografías.
Es el caso de un joven que un día abrió su diario y encontró una foto suya que le dejó "helado".
"Empecé a buscar en la nota mi apellido y estaba mi viejo", declaró a los medios locales.
El padre de D. B., de 33 años, fue secuestrado por la dictadura militar en el año 76 y desde entonces no habían tenido ninguna pista de su paradero, "ni un sólo rastro o testimonio de gente que lo hubiera visto en algún centro clandestino de detención".
"Cuando secuestraron a mi padre con él se llevaron todo lo que había en mi casa y ésta es la única foto de mi padre en aquella época".
Hace unos días una chica argentina acudió a visitar la muestra y al ver una de las fotografías quiso hablar con sus organizadoras.
"Yo estuve el mes pasado en la casa de esa persona en Europa, sobrevivió", les contó
.


¿Qué fuerte no? Revisad vuestras fotografías antes de hacer click sobre "eliminar" porque en la era digital esto no podría haberse recuperado.


lunes, 7 de abril de 2008

Sábado de trufi-relax en los lagos de Palermo


Cuando estoy contigo
Ay! Las horas se me hacen un segundo.
cógeme de la manita, primo, y llévame al mundo
porque esta noche tú y yo seremos uno.
Se nos queda mu pequeña la ciudad pa tanto traspiés.
Y es que yo miro tu boquilla y me pongo del revés.
Y si aparezco en un piquito de la luna no me voy a sorprender
porque si me besas ya no me siento los pies.
Son cuatro días, parecen cien.
Y es que parece que te conozco de toa la vida.
Y antes de que llegue el día aún queda mucho po hacer
porque esta llama nunca se enfría.
(...)
Un caramelillo de fresa que viene, y que va,
y con esta música que no paramos de bailar l
a noche se va pasando entre unas risas y unas calás.
Contigo a mi vera, Yo ya no quiero más.
Y es que son las cosillas de mí querer,
a cualquiera que se lo cuente se queda mudo.
Y es que solo necesitamos un felpudo para olvidarnos de este mundo y acabar hechos un nudo.
(Canteca de Macao)

viernes, 4 de abril de 2008

Cementerio de la Recoleta



Ayer, que era fiesta en Buenos Aires, nos fuimos a conocer el cementerio de la Recoleta. Se le llama cementerio por llamarle de alguna manera pero aquello es una auténtica ciudad de los muertos, con calles, anchas avenidas y callejones llenos de mausoléos. Los hay de todos los colores, formas y tamaños, con muertos de todas las edades y profesiones, aunque todos de la misma clase social: una muy alta. Porque no es cualquier cosa este cementerio y "residir" aquí una vez que uno se muda a este barrio es caro, muy caro.


Y hablando de barrios, también los hay en este cementerio, donde los muertos se agrupan por profesiones. Así, tenemos un par de calles llenas de profesores y hombres de ciencia, de escritores, de diplomáticos, o de militares. Cada oveja con su pareja.


Y hay miles de hostorias en los 4.800 mausoleos que tiene Recoleta. Dentro de cada uno hay muchos miembros de una familia, nosotros alcanzamos a ver hasta 16 ataúdes en un mausoleo, pero había construcciones mucho más grandes y mucho más profundas.


Tuvimos la suerte, incluso, de entrar a uno de ellos, un mausoleo de 150 años, bastante deteriorado, en el que nos metió un guardia de seguridad del que nos hicimos colegas y al que le encantó encontrar un ataúd medio roto para mostrarnos entusiasmado el cráneo que se dejaba ver por la abertura.


Este amable guardia nos contó también algunas historietas de las tumbas, como la de una en la que se veía la estatua de una mujer que asomaba desde arriba mirando hacia abajo y con un brazo tendido al vacío hacia unas flores. Resulta que allí se había enterrado a una chica de 14 años que se cayó por la ventana y cuya madre no pudo sujetarla. Terrible.



También está el discreto mausoleo de un joven ciudador del cementerio cuyo sueño era ser enterrado allí. Por las noches trabajó para construirse una bóveda y, cuando la terminó, se siucidó para poder estrenarla.

Y bueno, aparte de las historias de los muertos y de los 80 gatos que viven en el cementerio, es impresionante ver cómo puede la gente gastarse tantísimo dinero en una tumba. Ya sé que mi mentalidad puede resultar radical pero..., tío, ¿te dejas toda tu fortuna en un precioso mausoleo en el que dormir eternamente en lugar de invertirlo en algo que merezca la pena?. Allí hay auténticas construcciones que ya las quisiera Trujillo para sus pisos de 30 metros, con unas bóvedas de colores y unas estatuas, como decía David con mucha razón, mucho más bonitas que los monumentos que hay en la calle. Puede que algunos lo consideraran como una forma de penitencia por sus pecados terrenales.., o realmente creyeran que podrían disfrutar de sus chalecitos en la otra vida, o, como en la canción de Mecano, montar fiestotes por la noche "sin pasar de la valla eso sí". Me imagino a esa calavera que vimos, mientras miles de turistas pasean por las calles del cementerio y echan fotos a los mausoleos, susrrándole a su compañera de nicho: "tío, esta noche son las fiestas de los arquitectos, habrá que pasarse no". Y el otro, "uf, esque los militares montan un desfile por los tres meses del cambio horario, yo voy a ir allí".

Una auténtica ciudad-museo al aire libre, repleta de simbología masónica que haría las delicias de cualquier admirador de Dan Brown, de historias sobre las que se podráin escribir mil novelas, de cadáveres que, me gusta pensar, se van de joda por las noches.

Y por cierto, la tumba de la queridísima Evita, de las más pequeñas, encajonadas y poco historiadas del cementerio. Si no es por las flores que la adornan pasas por delante y no te das ni cuenta.