Me alegro de que de vez en cuando haya cosas que nos sigan sorprendiendo, de poner en marcha alguna vez eso de "ver para creer". La noticia que más me ha alucinado últimamente ha sido la de este tío que se tragó (presuntamente) una semilla de abeto y al cabo de los años ha descubierto que dentro de él esta creciendo un precioso arbolito. !Dentro de él! !Con raíces y todo! Cinco centímetros de abeto en el pulmón del chaval, que hace poco comenzó a sentir molestias al respirar. Pequeñas molestias..., ¿qué cara pondría cuando le dijeran que tenía dentro un abeto incipiente?. A mí creo que me daría la risa...
Pero lo más curioso de todo es cómo ha podido un árbol crecer dentro de un organismo humano, sin luz solar? El médico, que abrió al chaval de 28 años pensando que encontraría allí un tumor, dice que parpadeó un par de veces cuando se encontró con el mini-abeto y pensó que tenía visiones. No me extraña. Ver para creer.
Me abstengo de poner la foto porque resulta algo desagradable pero quien quiera puede verla aquí.
Más allá de que sea verdad o un simple montaje, a mí no deja de fascinarme el cuerpo humano. A muchos pacientes se les han quedado dentro gasas de operaciones, instrumental quirúrgico o incluso el reloj del cirujano, y un cuerpo con objetos tan extraños como esos incrustado sigue funcionando con normalidad en muchos casos. Pero lo del árbol ya me parece lo más. No sólo vives con una rama dentro de tu pulmón si no que encima crece!!! vive y se desarrolla dentro de ti y gracias a ti, casi como un bebé! Si yo fuera este chaval ruso, replantaría el abeto en mi jardín con todo mi amor, y cuando fuera abuela podría decirle a mis nietos "éste abeto enorme nació dentro de mí".
En fin, cosas como esta hacen que nos demos cuenta de que aún no lo hemos visto todo.
1 comentario:
¡Jesús, María y José!!!!
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