Como ya he dicho mi trabajo tiene muchas ventajas y una de ellas es que la manden a una a cubrir un concierto de Madonna en el estadio del River Plate. Ayer por la noche me coloqué las zapatillas en previsión de más que posibles pisotones, guardé bien mi entrada VIP y me acerqué a "la cancha" (el estadio) temerosa de todos esos fans con camisetas, fotos y tatuajes de la Ciccone que llevaban horas haciendo cola frente a las puertas.
No soy seguidora de Madonna y de hecho hoy he descubierto que en mi i-pod sólo hay una canción suya (y dicen que es un reflejo del alma) pero ¿quién no se sabe el "Like a Virgin" o el "Times go by con Loli"?. Yo sí, de hecho me sabía muchas más canciones de las que esperaba, aunque la mayoría fueran del último disco.
Pero en realidad la música era casi lo de menos en ese espectáculo plagado de pantallas gigantes que se movian por un escenario de más de 80 metros de largo, con multitud de bailarines y efectos especiales.
De todo hubo sobre ese escenario: desde un descapotable balnco hasta el metro de Nueva York con sus raperos y sus graffittis, desde estatuas humanas hasta monjes y samurais, desde cacos que bailan break-dance hasta gitanos rumanos que convirtieron "La Isla Bonita" en una auténtica fiesta Bubamara (que son unas fiestas de música folcklórica balcánica)
Aún así lo más llamativo para mí fue ella, la reina del pop dicen, una mujer de 50 años que no paró de moverse en las más de dos horas de recital, que se arrastraba por el suelo, bailaba la barra americana, saltaba a la comba, bailaba y casi hacía aerobic con una energía que más quisíeramos todos los de mi edad. Y ni una gota de sudor ni un suspiro de cansancio se le vio a la tía.
Me cae bien Madonna, le da igual lo que se diga de ella, hace lo que le gusta, sabe dar a la gente lo que quiere, vive de eso, y además lo utiliza para lo que quiere.
Por eso ayer proyectó un cruento video denunciando la estupidez de la sociedad actual, sí, muy efectista y demagogo, pero menos da una piedra, muchos no hacen ni eso. Y el caso es que las sesentamil personas que había ayer en el concierto, y las que estarán en los próximos tres, se tragaron el clip de cabo a rabo.
Y todas esas personas casi entraron en trance cuando sorprendió con el famosísimo "Don`t cry for me Argentina". No podía faltar en este país, está claro, pero en la lista de canciones que a mi me habían pasado no aparecía. Con la bandera argentina de fondo, sentada en un taburete y guitarra en mano, ella solita se merendó el tema mientras el público lo coreaba con las lágrimas a flor de piel. En serio. Hasta yo me emocioné, pero creo que fue más porque me acordé de que me quedan menos de veinte días aquí y en realidad cantaba para mí misma algo así como "Don`t cry for Argentina".
Asique sí, aunque no seais fanáticos ir a un concierto de Madonna es altamente recomendable, ahora podré contar a mis nietos que yo estuve allí.
Si aún quereis saber más sobre el concierto, pinchad aquí.
2 comentarios:
Monumental tiene que haber sido. Conocimos a un brasileño en el hostel que estuvo haciendo cola toda una noche para entrar el primero y nos bailó todas las coreografías... ¡No veas que show!
Al final tuvimos una despedida de Buenos Aires medio accidentada, ya te contaré en un mail que también tengo que pedirte un encarguito literario.
Besoooos
Don't cry for Argentina, que aquí en Madriz -España- aunque no tengas a Madonna tienes a Joaquín Reyes y su SENTADILLA CÓSMICA!!
el tiempo pasa, despacico...
Muakk
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