miércoles, 14 de noviembre de 2007

Willy Fog

Ahora mismo dentro de mi correo hay cuatro flamantes billetes de avión esperándome. 23 horas y media de vuelo y más de 12.600 kilómetros recorridos en el aire en dos meses escasos. Cuatro viajes totalmente distintos pero todos apetecibles.

Para empezar, mañana a estas horas estaré en Marrakech, para volver a ver sus murallas, visitar sus palacios, pasear por la plaza de Djemma El-Fná y hartarme de zumo de naranja en uno de sus muchísimos puestos, curiosear en el bazar -y querer comprarlo todo-, y evocar la Habana con ese olor de gasoil de coche viejo que hermana a las dos ciudades (y seguramente a muchas otras que aún no conozco).

La semana que viene le toca el turno a Barcelona. Aunque será una visita corta, quiero volver a saludar a la Sagrada Familia, a ver cuánto han avanzado las obras desde la última vez que estuve (imperceptible, seguro), y patear Rambla p`aki, rambla p`allá, como dice Manu Chao. Y ver al Súper, of course.

Con el frío de diciembre y las luces de navidad encendidas, aterrizaré en París para recordar mi viaje de fin de curso de bachillerato y mi interrail y conocer la ciudad de otra manera. Volver a ver Notre-Damê y el Sacre-Coeur de noche será todo un placer. Detenerme a ver pasar la vida parisina al ritmo que marcan las aguas del Sena..., conmovedor. Visitar de nuevo Shakespeare&Co., la famosa librería de Sylvia Beach e imaginar a Hemingway, a Joyce, y a la mayoría de componentes de la Generación Perdida delirando entre sus paredes por los efectos de la absenta. .., pelín friki, de acuerdo.

Y el último billete es, de momento, sólo de ida. Será el viaje más largo y además el único destino virgen para mí. Será un viaje que separe mi vida aquí y ahora de mi otra vida allá y el año que viene. Será un viaje triste y alegre, iré envalentonada y con miedo, llegaré excitada y agotada, permaneceré, seguro, deseando quedarme pero también volver.

En fin, no es que quiera daros envidia, pero me resulta emocionante abrir mi bandeja de entrada y verla cargadita de pasajes a grandes días y noches, con olor a especias morunas y gasolina rancia, con sabor a pantumaca, olor y sabor a vino y rosas, y a mate y dulce de leche. Grabar a fuego en mis oídos los sonidos de la llamada al rezo desde los minaretes, del lejanísimo murmullo del mar y el eco de los pasos de Gaudí, de los violines tocando la Vie en rose en la plaza de los pintores y, por supuesto, del Tango.
Todo un mundo esperándome dentro de Hotmail.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

en realidad me alegro mucho de lo que disfrutas de la vida...pero exactamente cuando dices que quieres vernos??solo puedes si tu jefe te saca pronto de la efecina, o como va la cosa? mas nos vale q el finde q viene estemos todas porq si no a mi me va a dar algo...

Anónimo dijo...

Bueno llevo intentado irme con vosotras a Italia un par de meses pero visto el éxito de mi iniciativa..., he tenido que optar por otros destinos y diferentes compañías...
Este finde estaré, con las muelas recién operadas, pero estaré.

Anónimo dijo...

La vida en rojo???jajaja
Q llevas intentando que 2 meses? xq q yo sepa en ningun momento me has dicho oye nos vamos tal finde a italia, asi q nos es q tu iniciativa no haya tenido exito sino q no ha habido iniciativa. Yo este finde me subo al espi.
Un besito