lunes, 5 de noviembre de 2007

Arrieritos somos...



Resulta emocionante y a la vez extraño reencontrarse con antiguos amigos fuera del contexto en el que convivimos con ellos. Ya no vamos a volver a la facultad ninguno de los que estuvimos por allí los últimos cinco años y si queremos seguir en contacto tendremos que construir una nueva amistad fuera de las aulas y de los bancos del patio. Ni siquiera la cafetería, donde compartimos menús, cafés, partidas de cartas, cervezas e incluso sidra y copas varias veces, nos sirve ya. Porque, aunque hagamos el esfuerzo de volver allí, nada será lo mismo sin las carpetas repletas de apuntes que hay que fotocopiar a última hora , nuestros profesores, la urgencia de tener que subir a clase o la calmada decisión de fumárnosla y seguir una hora más vagueando entre cafés.

Ahora cada uno tenemos una vida distinta que, para más inri, se desarrolla en ciudades tan distantes como Cophenage, Dublín, Oviedo, Santiago, Salamanca, Pamplona, Málaga, Barcelona....

Pero incluso los que aún seguimos en Madrid no hemos sido capaces de mantener un contacto regular, tal y como nos prometimos hasta la saciedad el día de nuestra graduación.

Aún así, sigo alegrándome cuando sé que uno está en la SER, que el otro sigue en Tele5 o que al de más allá le hacen indefinido en su periódico.

Creo que, más que sufrir por amistades "perdidas", debemos aprender que todo cambia y evoluciona, y no siempre hacia donde nosotros querríamos, y es cuestión de adaptarse.

No debo seguir echando de menos a mis grandes amigas de la facultad y llorando porque ya no las veo a diario, sino aprender a disfrutar de una amistad más calmada y pausada, que a pesar de la distancia se mantenga aunque no sepa nada de ellas en un mes.

Hoy me he reencontrado con dos de los grandes protagonistas de mis años universitarios y aunque la melancolía me diga que nada es como antes ni nunca volverá a serlo, me alegro de poder mantener una conversación interesante con ellos, de contarles y que me cuenten, de recordar viejas aventuras...

Pero no sólo podemos alimentarnos de los recuerdos de esos cinco grandes años de carrera, debemos crear nuevos recuerdos y nuevas experiencias siempre que podamos. Los días 1 y 2 de diciembre será una buena oportunidad para ello.

Espero a que todos volváis con los brazos abiertos, Madrid os recibirá como os merecéis.

Gracias a todo el 5.3. de periodismo por hacer de mis años de carrera de los mejores de mi vida, y sobre todo a mis reinas.

Y, por cierto, una de las ventajas de nuestra profesión es que somos una piña, asique confío en reencontrarme con vosotros dentro de muchos años, en una rueda de prensa, trabajando en el mismo medio, en un viaje..., ya sabéis lo que os decía al final, arrieritos somos..., y en el camino nos encontraremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

como solo lo leo yo...no paro de imaginarte en la fiesta de graduacion pronunciando la frase "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos..", enfundada en un bello vestido y tras varias rondas de ron con limon...dudo que llegaras a decirlo bien ni una sola vez!!!