miércoles, 6 de febrero de 2008

La Boca


Ayer, por fin, fuimos a conocer el famoso barrio de la Boca. Me gustó mucho, de verdad, aparte de que tenía muchísimas ganas de ir, pero en realidad me decepcionó un poco. He estado en muchos sitios "míticos" totalmente "turistizados", y todos pierden gracia cuando uno los ve junto a otros cientos de guiris que no dejan de tirar fotos y consultar la guía, excactamente el mismo comportamiento que yo tengo. Pero en la mayoría de esos lugares a mi me gustaba aislarme e imaginarme a mí misma en ese mismo lugar en su momento histórico de mayor auge, y normalmente lo consigo a pesar de la muchedumbre que me rodea. En Venecia casi pude oir a los presos que cruzaban el Puente de los Suspiros camino a su muerte y se despedían de sus familias. En la Plaza de la Bastilla era capaz de oler la sangre de la revolución francesa. En los grandes castillos en los que estado me sentía una auténtica princesa medieval encerrada en entre esas grandes paredes y camas enanas. Y así...




En fin, en la Boca no pude llegar a olisquear la pizza que los inmigrantes genoveses, colonizadores geniuinos del barrio a principios del siglo pasado, preparaban entre los conventillos. También me costó un poco imaginar todo el barrio plagado de esos conventillos, que se construían con las chapas metálicas que se arrancaban de los barcos viejos, con lo cual todas las casas del barrio eran de colores. Ahora hay una calle llena de casa de colores tan chillones que es imposible imaginar que vengan de barcos descascarillados por los mares, y las pizzerias las regentan esos antiguos inmigrantes, pero en vez de dar de comer a sus compatriotas empobrecidos hoy se forran con los turistas.


En fin, volveré al barrio con más calma, investigaré un poco, e intentaré comunicarme con los espíritus italianos del lugar.




Además allí está la Bombonera, muuucho más pequeña de lo que esperaba!!! Pero allí sí que se nota la influencia del argentino más famoso por delante de Mafalda, ese hombre "pegado a una pelota de cuero", "que tiene el don celestial de pegar muy bien al balón", que "es un guerrero", tal y como canta Calamaro. A los futboleros que vengáis de visita, tranquilos, la bombonera entrará en el tour turístico que os estoy preparando y podréis sentir el poder de Maradona.




Curiosidades porteñas: con cada café te sirven un vaso de agua, como en Iatalia, pero, para mi desgracia, siempre es con gas!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bien sun!ya has subido las de la cena...ya solo faltan las de la despedida oficial de "las horas"...besooo

Anónimo dijo...

Esas me las tiene que pasar Anita, sigo esperándolas...

Anónimo dijo...

La bombonera? donde este el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti,jeje. dejemos el futbol no?. Por cierto Maradona tiene un estadio a su nombre tb en buenos aires, el de argentinos juniors.