miércoles, 12 de noviembre de 2008

Tu no estabas allí


¿Qué pasa cuando alguien vive o siente algo que sabe que nunca podrá explicar? Como la gente que sufrió en los campos de concentración, por mucho que nos lo cuenten nadie podrá empatizar con sensaciones tan desconocidas para el común de los mortales. Como quien descubrió otros paises, tumbas olvidadas, nuevas especies animales, medicinas milagrosas... Como una mujer cuando da a luz y la visitan sus amigas sin hijos. Qué pena saber que esa emoción tan grande no podrá ser compartida con quienes nos quieren. Porque cuando uno vuelve de un viaje (no hace falta salir de casa, aunque ayuda), por mucho que lo cuente, enseñe el video o las fotos, los que lo reciben no saben cómo se ha sentido y no podrán comprenderle. Como esas anécdotas que nos provocan carcajadas y al que se lo cuentas ni media sonrisa (lo típico de "si lo hubieras visto te haría más gracia"). Como yo cuando le contaba a todo el mundo lo increible que fue mi viaje de Ecuador y realmente sólo me comprendían quienes vinieron conmigo. Como los cinco días en Caños de Meca que nos cambiaron a Laura, a Ana y a mí y que las demás no llegaron a comprender.

¿Cuántas veces hemos escuchado a los participantes en hechos históricos el famoso "el que no lo vivió no sabe lo que fue"? Y es verdad.


Me ha recordado esta noche una italiana muy especial que el ser humano vive para compartir, es social por naturaleza y disfruta en la empatía. Y he pensado yo que ahora entiendo a la gente que al volver de un largo viaje sólo cuenta que "muy bien". ¿Y qué tal? cuéntanos!". "Pues nada bien, muy bonito todo, he conocido a mucha gente...". Y yo pensaba antes, pero qué sosos, anda que no tendrán cosas que contar... Pero ahora entiendo que su mirada perdida no significaba ni mucho menos que su experiencia careciera de interés, si no que no encontraban las palabras que pudieran definirla o ni siquiera les apetecía. Debe dar pereza empezar a contar algo que se sabe que no se recibirá como uno pretende desde el principio, como si te pones a contarle un cuento a un chino, pues va a ser que no.


Esto es algo completamente natural y normal, lo sé, pero es bastante nuevo para mí que me he movido siempre en un grupo más o menos reducido de familia y amigos, un grupo que este año ha sido ajeno a mí y que el año que viene me tendrá que escuchar con santa paciencia contando tooodo lo que he experimentado aquí pensando que qué pesada soy y que no es para tanto.


Por eso cuando uno se reencuentra con quienes fueron compañeros de viaje se emociona tanto hablando de aquello y, en cierta forma, vuelve a estar allí. Por eso nos aburrimos tanto cuando estamos con un grupo ajeno que habla de sus correrías si no hemos estado presentes, aunque ellos lo cuenten emocionados. Como las típicas reuniones de viejos amigos en las que los correspondientes novios o novias se mueren del asco escuchando batallitas mientras su pareja no para de hablar y reir.


En realidad, no sé a vosotros, pero a mí me gusta que se me cuenten las cosas que uno considera importantes, que aunque yo no pueda comprender ciertas sensaciones quienes las sienten quieran compartirlas conmigo y acercarme un poco a ellas. En realidad es lindo hacer partícipe a los demás, algo así como cuando mi amigo ciego me preguntaba como era un árbol. Yo sabía que nunca podría verlo y yo no podía hacer que lo viera, pero estaba bien llevarle hasta uno, hacer que lo tocase, y explicarle la forma de las ramas y las hojas.

3 comentarios:

MaríaT dijo...

Joer Ale... 100% de acuerdo con todo lo que has escrito. De hecho soy de las que no cuentan mucho al regreso de los viajes y lo vivo mucho más si me reúno con aquellos que lo compartieron. De todas formas me encanta saber de las experiencias de los demás y escucharlas, siempre se aprende algo.
Un besazo desde en frente

Pillary dijo...

Yo llevo meses eperándote para empezar a contar cosas. No te preocupes, porque a la vuelta estaré deseando que me completes los meses que me faltan! un besazo también desde enfrente (aunque sea un poco más lejos)

sara dijo...

Es verdad Ale!!!
Por eso a mi se me han quitado las ganas hasta de enseñar las fotos de nuestro último viaje a Argentina, porque no se qué fué, ni siquiera lo identifico pero hubo algo que hizo que fuera genialt!!!y que nunca podrán apreciar los demás.
Sería que por el cumple de la Eli??? será eso será..