Siempre he admirado al gremio de los fotógrafos y los cámaras. Suelen ser de un prototipo determinado, aunque siempre hay excepciones, pero los pelos largos, las gafas de pasta, los vaqueros, las converse, las camisetas negras y los rostros bellos e interesantes predominan en esas profesiones. Además son d euna pasta especial, simpáticos, afables, aventureros y bastante cachondos. Entre ellos, aún siendo de medios diferentes, no suele haber competencia en los temas normales si no más bien al contrario, una admirable colaboración. Y encima a los redactores nos tratan bien (a pesar de que muchos redactores los consideren "periodistas de segunda" o nisiquiera eso).
Cuando cubro cosas tiendo a juntarme con ellos más que con los redactores y aunque por eso a veces me pueda perder cosas informativamente rentables desde luego me lo paso mucho mejor. Descubrí esta últil lección en la Pasarela Cibeles cuando, ante las estiradas caras de todos los entendidos en moda los fotógrafos, todos en grupo, gritaban chorradas a las modelos o a los diseñadores. "Que se te ha caído un tirante", "dónde te has comprado eso??" "qué mona vas", "bájate de los tacones que no entras en la foto"... Desde entonces me di cuenta de que las gracias en los eventos periodísticos pertenecen a ellos.
Hoy me he montado en un camión que llevaba una estatua del Che por todo Buenos Aires enseñándosela a la gente. La estatua, obra del escultor Andrés Zerneri, mide cuatro metros de altura, pesa tres toneladas y muestra al "Che" de cuerpo entero, caminando y con la expresión recogida por el fotógrafo cubano Alberto Korda, quien lo fotografío en La Habana el 5 de marzo de 1960, con boina, cabello largo y la mirada clavada en el horizonte.
El trabajo ha sido posible por las aportaciones de 75.000 llaves y pequeños objetos de bronce donadas por más de 14.000 personas, que Zerneri fundió y convirtió en un homenaje al revolucionario number one. El 14 de junio se celebra el 80 cumpleaños del nacimiento del Che en Rosario, su ciudad natal, y esta estatua partirá mañana del puerto de Buenos Aires para llegar por el río a Rosario, donde será inaugurada en una plaza pública -sí, iré a los festejos, acaso lo dudais?-.
Pues lo de grabar vídeo en un camión, y encima con el tráfico de esta ciudad, no os creáis que es nada fácil... Pero una vez más he conocido la solidaridad periodística y he recibido la ayuda de los compañeros para subir y bajar del camión sin matarme, pudiendo apoyarme en ellos para grabar sin que se moviera demasiado la cámara, me han levantado en volandas para poder pillar una buena toma -a falta de trípode bien vienen dos maromos-, me han hecho hueco en el techo del techo de la cabina del camión mientras un desde abajo me sujetaba las piernas...
Lo malo ha sido cuando, ya terminado el trabajo, me iba a bajar del camión para irme a la agencia y sin previo aviso se ha puesto en marcha, con mi consiguiente y vergonzosa precipitación sobre los peligrosos hierros que unían el vehículo con el remolque. Me he asustado más por los gritos que han dado todos al conductor que por el golpe, aunque ha sido doloroso, pero en segundos me he visto sujeta por varias manos fotógrafas que acudían a salvarme. De verdad que esta vez no ha sido por mi torpeza, a cualquiera le hubiera pasado que si se va a bajar y el camión arranca se la pega, más teniendo en cuenta que no tenía manos libres con la cámara, la libreta, el bolso... En fin, he sobrevivido pero deberíais ver mis moratones, y me he jugado la vida para que al final mi jefa me cambiara prácticamente toda la crónica que he escrito... snif!
4 comentarios:
El video genial, chica, pero me imagino el tamaño de los moratones!!!!
Corroboro casi 100% lo que dices de los fotógrafos, mil veces más interesantes que la mayoría de los redactores.
Una putada lo de que le den la vuelta al texto. Tú ponte las pilas para lo del 14 de junio y ahí seguro que cuentas con más libertad... ¡Qué envidiaaaaa!
Besotes
(perdooooon por el segundo post!!! Te he escrito pensando q estaba en el de la Pili!!!!!!)
Me parto!!, hay momentos cabalgata del orgullo gay por la C/ Alcalá!!, aunque en plan más sentido, je, je.
La verdad es que los fotógrafos siempre parecen más atormentados que los redactores..
Suerte con el trombocid!
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