Hoy ha salido a la calle Público, ese nuevo periódico que tanta expectación había conseguido crear. Al fin y al cabo les salió bien lo de "que hablen de mí aunque sea mal" y que su anuncio televisivo fuera censurado les vino de lujo para darse a conocer.
Ya sabíamos todos de lo que iba antes de que saliera, pero no han querido desaprovechar la oportunidad del primer número para dedicar un goloso cuadernillo de ¡63 páginas! -con publicidad, mucha, por supuesto-, para explicárnoslo. De esta forma, ya desde hoy todos podemos saber quién trabaja en Público, qué principios constitucionales toma este periódico como ideología, quien lo diseña, quien lleva las cuentas, cómo y porqué. En parte esto está bien pues me he pasado un buen rato escudriñando todas esas fotos escoradas de todas las secciones para descubrir algunos antiguos efebecarios y algunos con los que he coincidido en mi corta carrera profesional. Me ha hecho gracia también lo de recurrir a los artículos de la constitución, aunque no he terminado de comprender muy bien el objetivo..., ¿dejar bien claro que somos progresistas y de paso alejarse de otros periódicos que el Público considera corrompidos? Supongo que sí.
Además, un diseño y una maquetación sospechosamente parecidos a los de ADN y algo amarillistas (aunque me duela decirlo) y una página web que me ha resultado algo incómoda, me han dejado un leve mal sabor de boca después de probar el Público.
Lo que no entiendo es que se anuncie tan descaradamente como de izquierdas (lo cual, por mi condición, me parece bien) y luego decida el señor Escolar -director- no publicar editoriales. Veremos cuanto aguanta sin ellos, si el periódico se hace medianamente fuerte, ¿será una tentación demasiado poderosa la de una tribuna pública -nunca mejor dicho- para expresar opiniones e intereses a su antojo?.
Aún así, sea bienvenido un nuevo medio (sobre todo porque de esta forma habrá más trabajo en la profesión), un nuevo enfoque del periodismo y nuevas ideas sobre las dos Españas. En realidad me ha gustado, a pesar de los errores, que supongo que se irán subsanando con el rodaje, y abre -una vez más- la puerta a la esperanza para que algún día el periodismo cambie. No sé si será esté el momento o el lugar, pero por ahora basta con que sea un intento.
Demos el beneficio de la duda al nuevo periódico de Mediapro sobre su futura corrupción, que aún es bebé, aunque hoy a mediodía ya hubiera agotado los 250.000 ejemplares que había sacado a la calle.
1 comentario:
Sitio hay para todos, si lo hubo para La Razon y sus croissants... Haber que tal su segunda semana pero esta vez sin el respaldo de un regalito. Suerte, aunque yo sea mas de prensa digital, siempre se agradece una alternativa más en papel.
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