Muchos de los que el sábado sobre las siete de la tarde asomaban a los balcones de la calle de Alcalá en su recorrido entre la puerta del Sol y Cibeles, o de los que paseaban por el paseo del Prado, pensarían que la manifestación que veían era una reivindicación de la República. Es lógico, si uno ve multitud de banderas tricolores ondeando en los brazos de unos jóvenes que corean a gritos cosas como "los Borbones a los tiburones" o "España mañana será republicana". Pero no, allí nos manifestábamos por una vivienda digna.
Hace ya algunos años que empecé a salir a la calle a reivindicar aquello que me parece de recibo o a protestar por algo con lo que no estoy de acuerdo. Por la LOU, la LOE, la guerra de Irak, por atentados diversos, por la República, también, y últimamente por esto de la vivienda. Y en todas (o casi todas) estas manifestaciones se colaban siempre arengas que nada tenían que ver con la reivindicación que nos ocupaba.
También les pasa a los que van a las "otras manifestaciones", que conste, debe ser un cáncer de toda la sociedad. Si el PP reivindica la familia, insulta a Zapatero. Si se echa a la calle por un atentado de ETA, insulta a Zapatero. Si..., bueno lo dejo porque esto no tiene fin.
El caso es que, aunque yo sea republicana y antipepera, si salgo a reivindicar una vivienda digna no me voy a poner a gritar contra los Borbones ni contra Esperanza Aguirre o Gallardón (más allá de su responsabilidad en el problema de la vivienda en Madrid). Si voy a una manifestación por la República no creo que tenga lugar increpar a Aznar por la guerra de Irak. Si voy a una manifestación contra esta misma guerra, no voy a recordarle a Aznar su mala política educativa.
Todo esto lo he oído, en todas las manifestaciones la gente se emociona y se pone a cantar como loca todas las rimas que se aprendió en la del sábado pasado. Suelo estar de acuerdo con la mayoría (al final siempre somos los mismos en este tipo de "fiestas callejeras") pero no me parece bien que, si se convoca por un motivo concreto, se proteste por todo.
En mi opinión, esto le quita fuerza y sentido a las reivindicaciones e incluso es posible que nuestro vecino de pancarta se sienta ofendido.
Propongo que, cada X tiempo, se convoque una manifestación "general" para que cada uno acuda allí con su pancarta y arenga particular a protestar por todo y a reivindicarlo todo. Cada uno, lo que más le apetezca. Sería un saludable ejercicio de confraternidad ciudadana en el que, tal y como somos en ese país, más de uno acabaría en comisaria y alguno que otro en el hospital.
Yo, por mi parte, reivindicaría recorridos oficiales diferentes para las manifestaciones masivas, porque la marcha Atocha-Sol y viceversa me tiene ya un poco aburrida.
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